- La Biblia dice: Si yo cerrare los cielos para que no haya lluvia, y si mandare a la langosta que consuma la tierra, o si enviare pestilencia a mi pueblo; si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.
- Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán allí para siempre.
- Oh mi Cristo, por tu santa voluntad nos creaste y habitamos en la faz de la tierra.
- Y digno es el que cree en tu nombre que es sobre todo nombre, para ser heredad del glorioso mimbre.
- Oh gran Dios,
- del mismo barro, vasos de honra nos conformaste.
- Y de tu reino somos bienaventurados,
- para en la gloria eterna adorarte.
- Oh Santo,
- de tu gracia nada podemos objetar.
- Porque concernidos de la sabiduría de lo alto,
- el umbral de la gloria nos será factible traspasar.
- Oh Eterno,
- de una vida disoluta, en tu glorioso nombre nos transformaste en nuevas criaturas.
- Porque el Santo Espíritu se derramó del cielo,
- para que de radiante luz se revistan las almas obscuras.
- Oh Fiel y Verdadero,
- sin santidad nadie verá tu rostro.
- Y solo orando abrirás la puerta del cielo,
- que es el privilegio más grandioso.
- Paz de Cristo
domingo, 18 de diciembre de 2022
ORANDO, BUSCARÉ TU ROSTRO, OH CRISTO
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