- Oh mi Cristo,
- tu grandiosa misericordia, nos hace considerar siempre la humana visión de la fraternal piedad.
- Porque en la gracia del Santo Espíritu,
- es donde se vuelve permeable e inmarcesible la celestial verdad.
- Oh Cristo Jesús,
- la provisión que persiste en el tiempo,
- es tu admirable luz;
- y por ella, tus genuinos siervos seremos arrebatados al glorioso firmamento.
- Oh Sumo Alfarero,
- somos tu obra maestra;
- pero su inexorable deterioro,
- lo moldeará de nuevo tu excelsa diestra.
- Oh Santo de Israel,
- el conocimiento de tus sobrenaturales milagros,
- nos fortalece al extremo la fe.
- Y predicaremos sin desmayo la Sagrada Palabra, a los que habrán de ser santos.
- Oh Eterno,
- la nueva Jerusalén ha de ser nuestra eterna morada.
- Y en los designios inescrutables del prodigioso cielo,
- ha de estar nuestra alma bienaventurada.
- Paz de Cristo
miércoles, 28 de diciembre de 2022
MÁS BIENAVENTURADO ES DAR QUE RECIBIR, OH CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario