- Oh mi Cristo,
- Tú diste por toda la humanidad hasta la última gota de tu majestuosa sangre.
- Y con extrema obediencia para consumar el Sagrado Escrito,
- oh Hijo del Hombre, hasta lo sumo te humillaste.
- Oh Rey de reyes,
- Tú nunca te preguntaste el por qué, de lo que a tu alrededor acontecía.
- La manifestación de tu gloria, siempre tuvo un valor sin precedentes,
- porque tu excelsa diestra todo lo predecía.
- Oh Sumo Redentor,
- las ordas abyectas hacen escarnio de tu crucifixión.
- Esta ignorancia es la consecuencia que desemboca en el inicuo desamor,
- que parte inequívocamente del sórdido corazón.
- Oh Cristo de la gloria,
- Tú das misiones al que has capacitado con antelación.
- Pero el que anhela ser coronado en victoria,
- su vida dará por el eterno galardón.
- Oh Sumo Hacedor,
- tus milagros, la humanidad los enmarca en conceptos profanos.
- Y mezclan su tibieza, oh gran Dios, con tu primor;
- porque únicamente Tú sabrás, quienes serán o no santos.
- Paz de Cristo
sábado, 17 de diciembre de 2022
LA TIBIEZA, ANTESALA DEL OBSCURANTISMO, OH CRISTO
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