- Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,
- en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;
- el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la misma imagen de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas,
- hecho tanto superior a los ángeles, cuanto heredó más excelente nombre que ellos.
- Porque ¿a cual de los ángeles dijo Dios jamas: Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy, y otra vez: Yo seré a él Padre, y él me será a mí Hijo.
- Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios.
- Oh mi Cristo, el culmen del texto bíblico son tus infalibles promesas,
- que deshacen toda intromisión en lo perversamente incierto;
- porque en tu manifestación en carne, nos diste a conocer al único y verdadero Dios, el que redimió y justificó a las inicuas criaturas,
- anulando todas las actas de nuestros disolutos procesos.
- Porque el que recibe la gracia del Hijo del Hombre, vive en su glorioso Espíritu.
- No existe otra consumada adoración, sino la ofrenda al Santo de Israel, por los siervos genuinamente consagrados.
- Paz de Cristo
martes, 21 de enero de 2025
HEBREOS 1:1-6 EN CRISTO
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