- Ahora bien, el punto principal de lo que venimos diciendo es que tenemos tal sumo sacerdote, el cual se sentó a la diestra del trono de la Majestad en los cielos,
- ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.
- Porque todo sumo sacerdote está constituido para presentar ofrendas y sacrificios; por lo cual es necesario que también éste tenga algo que ofrecer.
- Así que, si estuviese sobre la tierra, ni siquiera sería sacerdote, habiendo aún sacerdotes que presentan las ofrendas según la ley;
- los cuales sirven a lo que es figura y sombra de las cosas celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te ha presentado en el monte.
- Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de en un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.
- Porque si aquel primero hubiese sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.
- Oh mi Cristo, tu santísima gloria es para los heraldos verdaderos,
- que son los que siempre creyeron en tu bendito nombre.
- El Altísimo Señor Jesucristo, únicamente te pide que en Él puedas creer.
- Porque nada más existe un Soberano Rey;
- y es que, todos dependemos del nombre que es sobre todo nombre.
- Así que, has de seguir indubitablemente sus sagradas huellas;
- porque Tú, oh gran Yo Soy, eres el único Señor y Salvador del mundo.
- Paz de Cristo
domingo, 26 de enero de 2025
HEBREOS 8:1-7 EN CRISTO
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