- Jesús respondió y les dijo: No murmuréis entre vosotros.
- Ninguno puede venir a mí, si el Padre que me envió no le trajere; y yo le resucitaré en el día postrero.
- Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí.
- No que alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios; este ha visto al Padre.
- De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí tiene vida eterna.
- Yo soy el pan de vida.
- Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.
- Éste es el pan que desciende del cielo, para que del que el come, no muera.
- Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.
- Oh mi Cristo, Tú viniste a por los que estaban perdidos en delitos y pecados.
- Y todo lo cifraste en la redención del inconverso.
- Oh Cristo Jesús, Tú eres el primero y el último, el principio y el fin.
- Y es tu prescencia, oh Sumo Redentor, la que antes de la fundación del mundo, escogió a el alma que en el día postrero se salvare.
- Porque únicamente el que creyere en el nombre del unigénito Hijo de Dios, morará con Él en la gloria.
- Y es que, el nombre de los salvos está cincelado en tu diestra bendita.
- Todos los que en el Altísimo Señor Jesucristo no hubieren creido fenecieron.
- Pero el pan de gloria que vino del cielo, es el que sustenta tu vida postrera.
- Porque de gracia, tu carne, oh Señor, es el pan de vida, que saca del lodo cenagoso al espíritu moribundo.
- Paz de Cristo
martes, 14 de enero de 2025
LAS ABOMINACIONES DE LA CARNE NO SE ERRADICAN CON LA BISOÑEZ ESPIRITUAL, OH CRISTO
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