- Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,
- puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
- Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
- Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado;
- y habéis ya olvidado la exhortación que como hijos se os dirige, diciendo: Hijo mío no desprecies la disciplina del Señor, ni desmayes cuando eres reprendido por él;
- porque el Señor al que ama disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo.
- Si soportáis la disciplina, Dios os tratará como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien el padre no disciplina?
- Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces seréis bastardos, y no hijos.
- Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábanos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
- Y aquellos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que participemos de su santidad.
- Oh mi Cristo, de tus siervos es el fervor constante,
- y exultantes de gozo por la gracia de haber sido santificados.
- Seguid los pasos del Príncipe de Paz.
- Él es el Señor Soberano.
- Tú, oh Padre Eterno, eres el autor y consumador de la fe,
- oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
- De tu santo nombre, oh Rey de la gloria, emana la verdad santísima.
- Porque de la sabiduría de lo alto, oh Sumo Redentor, hemos sido tus hijos revestidos.
- Y de gracia, reciben revelación tus irreprensibles heraldos.
- Tú nos has dado vida eterna, cuando en el Lugar Santísimo, oh Hijo del Hombre, nos libertaste con tu inconmensurable piedad.
- Paz de Cristo
jueves, 30 de enero de 2025
HEBREOS 12:1-10 EN CRISTO
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