Jehová es bueno, fortaleza en el día de la angustia; y conoce a los que en Él confían.
El principio de la sabiduría es el temor de Jehová.
La fe es ineludible, oh Señor, en el alma de los que te aman;
y al corazón contrito y humillado, el Rey de reyes nunca despreciará.
Oh Señor Jesucristo, el que con total negligencia,
del principio bíblico hace desdén.
Y aún al Todopoderoso demanda misericordia desde la más absoluta desobediencia;
y busca su favor indulgente, infringe inicuamente como apóstata tu excelso orden.
La búsqueda de santidad en tu adoración, oh Cristo Jesús,
ha de ser la ofrenda de nuestro altar.
Porque con el quebrantamiento del espíritu se logra ver luz,
para poder al prójimo amar.
El mundo vive de espaldas al Rey de la gloria,
en una falsa e hipócrita libertad.
Y su irreverente blasfemia entenebrece hasta el más radiante día;
aunque convencidos están por el maligno, en ser los únicos poseedores de la verdad.
¡Jesús te ama!
Arrepiéntete y bautízate en su nombre para el perdón de los pecados, y recibirás el don del Espíritu Santo.
La vida la mide Dios, y has de ser esforzado y valiente para que la tuya sea santa,
y puedas morar en la eternidad de su majestuoso templo.
Paz de Cristo
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