Del maligno es la asechanza,
que nos nubla el entendimiento.
La mirada habréis de fijar en la sagrada esperanza,
que es la buena dádiva y el don perfecto que desciende del firmamento.
En el sostenido conocimiento de la Palabra,
edificarás la inmarchitable verdad.
No solo seas oidor de sus principios; siembra hasta en un erial su sobrenatural semilla,
y dará a la sazón la perfecta estatura de santidad.
Salir del generacional obscurantismo, oh Cristo Jesús,
ha sido nuestro máximo privilegio.
De las tinieblas a la majestuosa luz,
nos ha reencaminado el poder salvador del Evangelio.
Jesús, dijo: Sed santos, porque yo soy santo.
Trascendente mensaje que desnuda el alma.
Y que al endurecido corazón del inconverso,
circuncida con pureza santa.
La execrable mentira, oh Señor Jesucristo,
a denostado con inmedible vileza a la invulnerable verdad.
Guardaos en la fe del Santo Espíritu,
y santificados veréis al Señor de la eternidad.
Paz de Cristo
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