Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne.
El corazón engañoso del ser humano, se ha mimetizado en la perversa mentira;
y de toda máscara repudiable,
se ha revestido sin medida.
Dios ha hecho de ti la magistral obra de su creación,
para que inexcusablemente le des a Él toda la gloria.
A través del riguroso cumplimiento de la Sagrada Escritura, oh Señor, anhelas mi consagración.
Y es que, la preciosa semilla de su Santo Espíritu ha sembrado en tu alma, para que perseveres hasta la final victoria.
El don de la fe se erige en la fortaleza inexpugnable de tu conversión.
Y he aquí, que en tu espíritu, alma y cuerpo penetra la espada de dos filos, que es el Espíritu de la Palabra;
obrando en tu ser la regeneración,
del que se santifica y ama.
Oh mi Altísimo Señor Jesucristo, Tú has circuncidado el prepucio de mi corazón,
y le has dado tu paz que sobrepasa todo entendimiento.
Por obra de la gracia, oh Rey de la gloria, se hizo visible su sanación,
y obedeció con fidelidad el bíblico mandamiento.
Incomparable fue tu amor en la crucifixión del monte Calvario, oh Sumo Redentor.
Y nunca será dado un perdón tan majestuoso a horda tan escarnecedora.
Oh Sumo Salvador,
haz que tu admirable luz, en el corazón de la humanidad, vaya en aumento hasta que el día sea perfecto; y que sea la solemne alborada su santísima aurora.
Paz de Cristo
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