Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.
Ante la inclinación de pecar, el ser humano busca la excusa de su perversión.
Y has de saber, que únicamente en la angosta trocha celestial,
se escucha nítidamente la gracia del perdón.
No fluctues más.
Da con firmeza el paso de tu consagración en Cristo Jesús.
Sé del Evangelio el atalaya que das tu vida por los demás.
Y que tu alma, sin excepción, toda obscuridad la convierta en luz.
La Biblia dice: En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Oh Señor Jesucristo, tu poder rompe todas las cadenas de condenación, y convierte al indigno en una nueva criatura para salvación.
Eleva un palmo tu estatura en el nombre de Jesús, para despegarte de la terrenal necedad;
y así conocerá lo espiritual de lo espiritual tu corazón.
La misericordia al ser humano le muestra el gozo en su inconmensurable plenitud.
Oh Cordero inmolado, Tú manifestaste en la cruz del Calvario, la más excelsa y sublime misericordia, diciendo: Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.
Oh mi Señor Jesús,
Tú eres el Fiel y Verdadero, que amas a los inicuos que te escarnecen.
Sí, la corrección nos viene dada por el don perfecto de lo alto.
Pídele sabiduría al Todopoderoso Salvador,
y darás el grandioso paso,
que es vivificar tu existencia con el poder prodigioso del amor.
Paz de Cristo
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