¡Vivir es Cristo!
Sí, dale el valor de excelencia a la salvación del alma.
Y que la verdad del Santo Espíritu,
te bendiga con la revelación de la Sagrada Palabra.
La sabiduría de lo alto no tiene limites,
pídesela a Cristo Jesús y te la dará en abundancia.
Y comparte lo que del cielo recibes,
que es la semilla de espiritual gracia.
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera. Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.
Bendita, oh Rey de la gloria, es tu provisión.
En tu tiempo, Oh Fiel y Verdadero,
todo tiene un eterno propósito a la sazón.
Oh Cordero inmolado, fuiste obediente y te humillaste hasta la muerte, y muerte de cruz,
para dar vida a mi alma.
Qué sea inmarcesible en mi vida, oh Señor, tu majestuosa luz,
para vivir en la eternidad santa.
Para dar salvación a tu alma,
vino a la tierra el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
No hagas desdén del absoluto cumplimiento de la Escritura Sagrada,
que por fe has grabado en la tabla de tu corazón; y esto no es tuyo, sino del Santo Espíritu.
Paz de Cristo
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