La Biblia dice: Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican;
si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia.
Las vanidades del mundo a nadie santifican;
por ser de una sobredimension artificiosa y su naturaleza maldita.
Nadie que ponga su mano sobre el timón del arado hará surcos rectos; si extraviare su mirada y la volviera hacia el obscuro pasado.
Erígenos, oh Rey de la gloria, en ser heraldos de tu Evangelio.
Y bellas serán nuestras vidas, oh Señor, al recibir de gracia la fragante esencia del bienaventurado,
que derrama el cielo eterno.
Haz con rigor todas tus obras en el nombre del Señor Jesús.
Qué sea tu unico sustento la Sagrada Palabra;
y resplandecerá en tu alma el poder de su radiante luz,
que te guardará en la gloriosa morada.
El ser humano se siente zarandeado por las inicuas vicisitudes terrenales,
al adolececer de la sabiduría de lo alto.
En Cristo has de atar todos los cabos espirituales,
y te harán creer en el único Dios, que de Israel es Santo.
Despegaos de la tierra,
que os tiene cautivos en la sordidez del pecado.
Y elevaos con las alas santas de la salvación postrera,
que es el galardón del gran Yo Soy; si has sido por su excelsa diestra santificado.
Paz de Cristo
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