Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz de refrenar todo el cuerpo.
Sí, porque al no amar en el amor de Cristo, no asumimos las circunstanciales vicisitudes en su nombre.
Vive en y por su nombre excelso,
y no habrá barrera inmisericorde.
Ante la densa tiniebla,
siempre has de buscar el rostro de Cristo Jesús.
Y será su piedad infinita,
la que te alumbre con su majestuosa luz.
Jesús, dijo: En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
En cualquier contienda, la paz de Cristo ha de suplir la diferencia.
Hagamos un vallado inexpugnable a lo nauseabundo;
y que el olor fragante del Rey de reyes, nos revista con su gloriosa excelencia.
La Biblia dice: No te apresures en tu espíritu a enojarte; porque el enojo reposa en el seno de los necios.
Qué nada nos haga sucumbir frente al maligno.
Pasarán por la senda de perdición, todos los que sus nombres no estén escritos en los inconmovibles cielos;
y los santos del Altísimo Jesucristo, son los que traspasarán el umbral de la gloria, al haber abierto brecha en el angosto camino.
Oh gran Yo Soy, en tu estela de salvación,
hemos de perseverar hasta el fin.
Consagraos en santidad de todo vuestro corazón;
y verá al Señor, el que se humille y obedezca a la Sagrada Palabra, y tome con gozo su cruz hasta la sangre sufrir.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario