Dijeron los apóstoles al Señor: Auméntanos la fe.
Entonces el Señor dijo: Si tuvierais fe como un grano de mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y os obedecería.
De lo alto es la gracia espiritual per se,
y ella da origen a la eterna sabiduría.
En la duda, nadie puede sustentar la fe.
Y la Biblia dice: Qué sin fe es imposible agradar a Dios.
Se nos enseña en la bíblica definición de fe: La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que lo se ve.
Los siervos de Cristo, sabemos: qué únicamente en Él podemos creer; al tener la certeza, de que por las manos del Sumo Alfarero hemos sido creados.
Jesús, dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Esta senda de eterna fe, te ha de ser revelada por la Palabra;
y no será con el milagro bendecida,
si fluctuare tu alma.
¿Cuándo te guardas en la fe de Cristo?
Cuando sabes que Él es el autor y consumador de la fe.
Desde ese momento el Santo Espíritu,
es consubstancial en ti a la sagrada verdad que no se ve.
Entonces dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.
Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?
¡Sí, oh Altísimo Señor Jesucristo! Y mi alma se salvará;
porque ha creído en el Dios Soberano del universo.
Paz de Cristo
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