2 CORINTIOS 4:6,7 EN CRISTO

• Porque Dios, que mandó que de las tinieblas resplandeciese la luz, es el que resplandeció en nuestros corazones, para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo. 
• Pero tenemos este tesoro en vasos de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros, que estamos atribulados en todo, mas no angustiados; en apuros, mas no desesperados; perseguidos, mas no desamparados; derribados, pero no destruidos; llevando en el cuerpo siempre por todas partes la muerte de Jesús, para que también la muerte de Jesús se nanifieste en muestros cuerpos.
• No puede existir mayor luz en tu interior, que la derramada por el Santo Espíritu;
• y esto solo nos sucede, a los que por gracia somos hijos de Dios.
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• Echa al abismo el ingente peso del que nunca te amó;
• no soportes ni un segundo más las asechanzas del maligno.
• Y tu lúgubre pesamiento, el Señor Jesucristo lo transformó,
• en un perfecto y celestial paraíso. 
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• La Biblia dice: Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza; contra tales cosa no hay ley.
• Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
• El propósito de este precioso fruto es la eternidad; y nos lo regala el que del universo es Rey,
• para que a los genuinos siervos, nos hagan salvos sus sublimes desvelos.
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• Oh Cordero inmolado, en tu muerte, y muerte de cruz en el Cavario, sepultura y resurrección, has mostrado tu sagrada fidelidad al irreverente ser humano.
• Nada te ha hecho sucumbir, oh Rey de reyes, para salvar a el alma errática.
• Nadie tendrá otra oportunidad tan grande para ser salvo,
• por ser el Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo el que sin sombra de variación te ama. 
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• La Biblia asevera: Buscad a Jehová mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano.
• Deje el impio su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar. 
• Irrepetible será este santísimo escenario,
• para el inconverso, cuando el gran Yo Soy anhela su estigmatizada alma salvar. 
•                        Paz de Cristo