- Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.
- En el oprobio del mundo confluye toda la obscenidad carnal.
- Y, oh Rey de la gloria, las pruebas que al ser humano le disciplinan,
- únicamente vienen de tu poder celestial.
- Nunca será posible juntar la bondad y la maldad,
- al ser diametralmente opuestas.
- Oh Cristo Jesús, en tu Evangelio anuncias la verdad,
- que rescata del abismo a las almas perversas.
- Cuando la mentira, oh Señor, no ocupa ningún espacio en mi vida,
- sobreabunda la gracia en el ser.
- Y no cabe en mí la duda sobrevenida,
- de lo que el alma irreprensible, debe o no debe hacer.
- En el recorrido de la senda angosta,
- se ha de extremar al máximo el equilibrio.
- El paso enjuto se nos volverá en contra,
- en la pérdida momentanea del perfecto juicio.
- Oh Altísimo Señor Jesucristo, velas celosamente por tu gloria,
- previniéndonos de la inmensa dificultad para en ella morar.
- Y es que, con el galardón de la victoria,
- oh Fiel y Verdadero, me regocijaré eternamente si te he podido amar.
- Paz de Cristo
miércoles, 16 de septiembre de 2020
MATEO 6:13,14 EN CRISTO
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario