- Nada excede más de nuestro conocimiento que la gloria del Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo.
- Sí, la dimensión física es una medida muy rudimentaria en la gloria.
- Y únicamente el poder del Santo Espíritu,
- nos llevará a la verdadera y eterna victoria.
- La Biblia dice: No con ejercito, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejercitos.
- De nada sirve la infatuada arrogancia del ser humano, frente a la Sagrada Escritura.
- El lastre de la ancestral concupiscencia nos ha dejado unos estigmas tan profundos,
- que no se han resuelto, con el paupérrimo cumplimiento de ser en Cristo una nueva criatura.
- La inercia de la carne tiene su inmensa promiscuidad en la indolente voluntad del alma.
- Jesús dijo: El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
- Oh Rey de reyes, Tú nos mandaste hasta lo último de la tierra a predicar la Palabra;
- pero sobre todo a que nos regocijásemos de que nuestros nombres están escritos en la celestial bóveda.
- Resulta inverosímil pensar los ajustes y mediciones, que va a tener que hacer en nuestra alma el Alto y Sublime para vestirnos de gloria.
- El traje de los hijos de Dio es inmaculado y de unas medidas perfectas.
- Y en todo ha de ser coincidente, oh Señor, a tu sagrada memoria,
- para vivir en las moradas eternas.
- A nosotros nos acucia ser obedientes a tu Evangelio, oh Sumo Redentor.
- La salvación te vendrá dada, por haber buscado cada segundo de tu vida el rostro de Jesús.
- Y por haber hecho de su sagrado amor,
- tu gloriosa y eterna luz.
- Paz de Cristo
viernes, 4 de septiembre de 2020
LA GLORIA, HECHURA INASUMIBLE PARA LA HUMANIDAD, OH CRISTO
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