MI ÚNICO GUARDADOR ERES TÚ, OH CRISTO

• Desnuda tu alma en Cristo, 
• Él suplirá todas tus carencias.
• Y no contristes al Santo Espíritu;
• porque únicamete en el tiempo de su voluntad, se manifestarán las benditas excelencias.
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• Se tornará todo lo inicuo en bondad,
• por la gracia del Señor Altísimo. 
• Y alcanzarás el conocimiento de la verdad,
• para tu regocijo más íntimo.
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• Oh Sumo Creador, nos cuestionamos tus pruebas, 
• al no caber en nuestro pesamiento tu propósito perfecto.
• Y en la provisión de su grandioso cumplimiento desesperas,
• al percibir, oh Señor, que de tu santuario es el profundo misterio.
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• Auméntamos la fe, oh Rey de la gloria, ante las sobredimensionadas tinieblas de lo incierto.
• Y se manifestará la victoria;
• no con fuerza, ni con ejercito; sino con tu Espíritu excelso.
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• Tú, oh Rey de reyes y Señor de señores, 
• has multiplicado exponencialmente el tiempo de tu visitación.
• Has hecho del ser humano, tu obra maestra, el objeto de tus bendiciones;
• para en el dia postrero, guardarle en tu gloriosa salvación.
•                         Paz de Cristo