- Todo arbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
- Así que, por sus frutos los conoceréis.
- El amor al projimo, derrama de Dios la buena dádiva y el don perfecto,
- para que del Fiel y Verdadero no os separéis.
- Oh Cristo Jesús,
- la gloria y la honra revierten exclusivamente en tu nombre que es sobre todo nombre.
- Y tal es su sobrenatural plenitud,
- que en tu majestuosa adoración has hecho partícipe al ser de tu magistral creación, el propio hombre.
- La Biblia dice: ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
- Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tu estás.
- En todos los sitios a la vez, oh Altísimo Señor Jesucristo, se muestra tu omnipresencia,
- Y en el universo por ti creado, eres la inmarcesible luz de todas las estrellas.
- A tu voz, oh Rey de la gloria,
- despertaste al ser humano en su muerte.
- Tú eres la vida, oh Señor, que hemos recibido en victoria,
- para saber que por los siglos seguirás siendo el eterno presente.
- Esperas de tus siervos, oh Todopoderoso Señor y Salvador Jesucristo,
- que seamos árboles dando fruto en su perfecta sazón.
- Y que por la llenura del Santo Espíritu,
- te amemos, oh Santo de Israel, de todo nuestro corazón.
- Paz de Cristo
martes, 15 de septiembre de 2020
MATEO 7:19, 20 EN CRISTO
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