- Lleva al extremo el desapego del mundo en tu ser.
- Qué nada impida la pureza de tu santidad.
- Oh Señor Soberano, proveenos de tu gracia para interceder,
- y mostrar al inconverso las buenas nuevas de eternidad.
- Dios es el que da el crecimiento.
- Sin embargo, tú eres el eslabón imprescindible,
- sin el cual las almas incrédulas no podrían optar a la salvación.
- Heraldos somos del gran Yo Soy inconmovible,
- que quiere circuncidar el prepucio de tu corazón.
- Oh Altísimo Señor Jesucristo,
- tu Sagrada Escritura en nuestro espíritu obra, para evangelizar a los inconversos.
- Y sustentados por la verdad del Santo Espíritu,
- hasta lo ultimo de la tierra, a las entenebrecidas almas predicaremos.
- ¿La Biblia dice: No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
- ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
- Y esta es la parte más inasumible de su gran incumplimiento,
- que a una inmensa mayoría nos tiene muy alejados del prójimo mundano.
- Oh mi Cristo, dada por concluida la lectura bíblica,
- a todo lo que nos aboca su sagrada exposición se desvanece.
- Será que, cuando el Rey de reyes en la cruz del Calvario, dijo: Consumado es. ¿Nadie nos dimos por aludidos en su más estruendosa sentencia?
- Y al que aun siendo por su llaga curado, no conocerá al Todopoderoso; y que por nuestra hipocresía, su errática vida perecerá en el Seol irremisiblemente.
- Paz de Cristo
sábado, 10 de octubre de 2020
EL AYUNO, SANTA INTERCESIÓN, OH CRISTO
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