- Oh Cristo, Tú eres el único digno de adoración,
- por ser Dios manifestado en carne.
- Tan majestuoso es tu perdón,
- que nadie, sino Tú, nuestros pecados redimiste y justificaste.
- Oh Rey de reyes, al profesarte adoración,
- nos conectamos con la magnificecia de lo eterno.
- Y no existe mayor comunión,
- entre el discípulo genuino y el Todopoderoso Dios excelso.
- Jesús, dijo: Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adoran al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren.
- Dios es Espíritu; y los quel le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.
- Oh Altísimo Señor Jesucristo, cuando la muerte en la cruz del Calvario, sepultura y resurrección acontecen;
- demandas de tus siervos más autenticos, que espiritualmente ante ti se desnuden.
- A los pies de Cristo,
- nuestra adoración ha de ser constante.
- Muéstranos la verdad, oh Santo Espíritu,
- para ser atalayas de la Sagrada Palabra incesantemente.
- Sin adoración,
- Oh Cristo Jesús;
- no habrá salvación;
- porque del mundo, Tú, oh Señor, eres la luz.
- Paz de Cristo
domingo, 4 de octubre de 2020
LA ADORACIÓN, TIEMPO SAGRADO EN CRISTO
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