- Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo impuso; ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza; dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas.
- Este es el genuino siervo consagrado.
- No precisan de ungüento sus heridas,
- sino que se niega a sí mismo, oh Cristo, para ser en tu nombre bienaventurado.
- Oh Cristo Jesús, Tú sufriste las mayores vejaciones,
- para redimir a toda la humanidad de sus pecados execrables.
- Desfiguradas, oh Señor, fueron tus facciones,
- por la ira de los más abominables.
- Y te humillaste, oh Cristo Redentor, hasta la muerte, y muerte de cruz.
- Nadie se ha provisto de tan sagrado amor,
- para ver al entenebrecido pecador arrepentido, en tu infinita piedad de sobrenatural y majestuosa luz.
- Y, oh Altísimo Jesucristo, derramaste tanto amor,
- en tu muerte, sepultura y resurrección, que retumbó el eco del silencio de una loable reverencia, oh Fiel y Verdadero, que hizo el universo a su Creador, para que por sus interiorizados gémidos indecibles, nos dieras salvación.
- Oh Rey de reyes y Señor de señores,
- inescrutable es para los seres humanos,
- la razon de tus eternas bendiciones.
- Y siempre estaremos sometidos a tus designios sagrados.
- Paz de Cristo
viernes, 23 de octubre de 2020
LAMENTACIONES 3:28-30 EN CRISTO
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