- Y te damos honra y gloria, oh Alto y Sublime,
- por formar parte de la gran comisión.
- No hay mayor honor que servirte hasta la muerte;
- y ser heraldos de la Palabra, hasta lo último de la tierra en su predicación.
- Oh Soberano Señor Jesucristo,
- dia y noche abro la puerta a tu santísima poesía de sobrenatural visitación.
- Y al transcribir el mensaje de tu Santo Espíritu,
- en los confines del universo se palpa el regocijo del vivificante corazón.
- Excepcional es toda misión que se le encomienda al que ha de ser salvo.
- Y el Omnipotente Señor Jesucristo, se la da al que a Él le agrada.
- Oh Alfa y Omega, Tú sabes quien va a perseverar sin desmayo,
- y ser hasta el fin un verdadero atalaya.
- Por anunciar el Evangelio de la gracia,
- ofrendó su vida en la cruz del Calvario nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
- No es óbice ninguna excusa;
- para no rendirse a sus pies eternamente, con el corazón humillado y contrito.
- Aún siendo pecadores, te despojaste de tu trono y cetro regios, oh Cristo Jesús,
- Y en tu prodigiosa manifestación en carne, a la fatua humanidad te diste a conocer como el Hijo del Hombre.
- Oh Santo de Israel, del mundo eres la luz,
- para que podamos ser salvos en tu glorioso y eterno nombre.
- Paz de Cristo
sábado, 17 de octubre de 2020
TÚ CONOCES A LOS SALVOS, OH CRISTO
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