Powered By Blogger

jueves, 28 de febrero de 2019

EN TU GRACIA ME GLORIARÉ, OH SEÑOR

Oh Cristo, por el don de la fe, 
me has bendecido con tu gracia.
Su poder no se ve, 
pero nuestras fuerzas magnifica.

Oh Cristo Jesús, la obra perfecta proviene de tu santuario,
para que nadie se gloríe.
Porque toda buena dádiva,
de la sobrenatural gracia desciende. 

Oh Señor Jesucristo, todo don perfecto, 
del cielo baja. 
De la multiforme gracia esta hecho,
y no subyace de tu exigua fuerza.

Oh Cordero inmolado, tu preciosa sangre derramada, 
de gracia nos libertó.
Purificó nuestra vida contaminada, 
para gloriarnos en la salvación, a la que el Señor nos predestinó.

Oh Rey de reyes, el cielo se abrió,
para ser morada de nuestra alma.
Y la gracia nos perdonó;
porque del Señor, es el amor que salva.
                   Paz de Cristo 





LA PALABRA, RESURRECCIÓN INDUBITABLE EN CRISTO

Oh Cristo, la duda nos aparta de tu infalible Palabra;
y damos pábulo a la iniquidad del maligno. 
Viva y eficaz es ante toda asechanza;
porque en su Espíritu confirmas la sagrada libertad, que se enseñorea en el camino.

Oh Cristo Jesús, no existe ningún estigma,
que prevalezca sobre tu majestuosa verdad.
Esgrimid el doble filo de la incisiva espada,
que anuncia con denuedo la eternidad.

Oh Señor Jesucristo, del ser humano es la herrumbre,
que reviste su corazón.
Se empecina en lo insalubre,
y de lodo contamina la incorruptible salvación.

Oh Rey de la gloria, haz inconmovible nuestra fe,
para que permanezca firme en tu Testamento Sagrado. 
Porque la certeza en lo eterno, que no se ve, 
guarda al discípulo bienaventurado.

Oh Cordero inmolado, por tu llaga fuimos sanados. 
E indubitable fue tu resurrección.
Por el poder de la Palabra, hemos sido santificados,
para vivir, oh Señor Omnipotente, en la eterna morada de tu solemne perdón.
                           Paz de Cristo 




miércoles, 27 de febrero de 2019

ROMANOS 8:1 EN CRISTO

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.
La muerte perpetua, es para el que vive en la carne; y para el que ha muerto en la carne, su galardón es de vida eterna.
De lo recibido de tu gracia, oh Cristo,
de eso damos, para circuncidar el corazón del alma inconversa.

¿Se puede desaprender lo aprendido en el Nombre de Jesús?
¡Sí! En el bautismo, sepultas todos los pecados, para ser una nueva criatura en Cristo.
Y resucitas en su admirable luz,
recibiendo el don del Santo Espíritu.

Oh Señor Jesucristo, tu obra redentora fue connivente al ser humano, 
después de dar muerte, oh Rey de la gloria, al pecado en tu carne.
Y tu victoriosa resurrección, se convirtió en expiación de todo lo profano, 
al dar vida y vida en abundancia a todas las almas que creyeron, oh Señor, en tu eterno olor fragante.

Oh Fiel y Verdadero, tu fidelidad es de tanto poder, 
que deja perplejo, incluso al que en tu Nombre ha dado el paso de fe.
Recuerda, que para agradar al Señor, has de creer;
y esto incluye la genuina convicción de lo que no se ve.

Oh Redimidor Omnipotente, tu preciosa sangre derramada en el Calvario,
ha dado pureza al corazón que en ti creyó. 
Y solo el discípulo que haya guardado obediencia al Evangelio, 
verá el rostro del Señor, que estuvo muerto; y para ser nuestro Salvador, resucitó.
                           Paz de Cristo 



martes, 26 de febrero de 2019

DEL SANTO ESPÍRITU ES LA VERDAD, OH CRISTO

Nada es ajeno al Espíritu de la verdad,
y desnuda el corazón en su total plenitud.
En la insondable eternidad, 
habita el omnipresente Cristo Jesús.

Oh Señor Jesucristo, en el arrepentimiento,
guardas la salvación.
Tú eres el Fundamento,
ante el que nos hemos de postrar con contrición. 

Oh Rey de reyes, nos compraste a precio de sangre,
para ser tus auténticos hijos.
Oh Señor, tu fidelidad eterna se cumple;
si concernido en tu disposición, quiero subir a los cielos. 

Oh Señor Omnipotente, anhelamos la perfecta provisión de autoridad,
que afirme la sana doctrina.
La estrella de la mañana resplandecerá en tu irreprensible intimidad,
y morarás en la paz bendita. 

Oh Redentor, el que tenga oídos, oiga; 
y retened la Palabra, hasta que el Salvador venga.  
Solo darás salvación a la candidez del alma,
oh Rey de la gloria.
                                    Paz de Cristo 





lunes, 25 de febrero de 2019

SALMO 103:14 EN CRISTO

Del polvo de la tierra, al hombre formaste,
y aliento de vida soplaste en su nariz.
Así el ser vivo, por ti fue creado, oh Señor Omnipotente;
porque Tú has sido propiciación , de nuestro principio y también de nuestro fin.

Oh Sumo Formador, Tú conoces nuestra condición, y sabes que somos polvo.
A la desintegración del cuerpo, obedece la  vida de la humanidad en su rictus final.
Nunca, ningún ser creado, a convertirse en tierra se opuso;
antes bien, si no recibiera sepultura su semilla, no podría glorificarse en un cuerpo celestial.

Oh Señor Jesucristo, Tú eres el primogénito de los muertos resucitados; 
y nos has dado gloria de vida eterna.
Serán bienaventurados, 
los santos de su Iglesia amada, a los que el Todopoderoso se la conceda.

Nuestra efímera carnalidad,
la ha desdibujado el innombrable, distorsionando la sana doctrina.
Los idólatras no traspasarán el umbral de la eternidad;
porque de las llamas de su condenación a la gloria, les separa una abismal sima.

Oh Redentor, tus doctrinas fundamentales son: arrepentimiento; bautismo en el Nombre de Jesús, para el perdón de los pecados; y recibir el don del Espíritu Santo.
Así te conviertes en una nueva criatura en Cristo Jesús. 
Porque todo el bautizado en Cristo, de Cristo está revestido, y lleva consigo el galardón de ser salvo. 
Libertados fuimos de las tinieblas, para transformarnos en eternos hijos de luz. 
                               Paz de Cristo 









SOY DE TU SALVACIÓN, OH CRISTO

Oh gloria, de tu eterno misterio, 
me ha participado el Sumo Hacedor. 
Por el don de la fe soy siervo;
concebido, oh Rey de reyes, en el santuario de tu amor.

Despertaste en mi corazón, oh Cristo, 
el conocimiento de la salvación revelada. 
Por la verdad del Santo Espíritu, 
mi alma siente el prodigio, de en el día postrero ser salva.

Oh Señor Jesucristo, Tú me escogiste, 
para la gran misión de evangelizar la tierra.
Mi lenguaje adaptaste,
con una precisa versificación poética. 

A mi inspiración has elevado al tercer cielo, 
para que sea manifestado lo inefable. 
La rima de cada cuarteto,
Oh Señor, busca tu majestuosa belleza inmarchitable.

Oh Omnipotente Redentor, con tu preciosa sangre derramada en el Calvario, 
has revestido de gracia el universo.
Y los ríos de agua viva, han dado forma a los sobrenaturales cauces del milagro,
que se regocijan en la soberanía del Todopoderoso Cordero inmolado. 
                            Paz de Cristo 








domingo, 24 de febrero de 2019

AL MALIGNO DE ALARGADA SOMBRA, REPRENDEDLO EN CRISTO

La bendición del Edén,
fue deshecha por la muy alargada sombra del maligno.
Oh Cristo, tu viniste a deshacer las iniquidades, que a tu obra maestra quieren vencer;
y que son de condenación al abismo.

La serpiente maléfica,
usó la codicia en su asechanza como anzuelo.
Y el pecado mostró su sórdida insolencia,
dejando una lacerante herida en la humanidad, que es la sombra del pecado.

Y el ser humano advirtió su desnudez, 
la impúdica desobediencia le dejó sin libertad.
Vetando con su insensatez, 
el poderoso principio de autoridad.

Con el espíritu obsceno,
se revistieron el varón y la varona.
Y su belleza se transformó en un tenebroso epicentro,
al perpetuarse en sus descendientes tan agraviante condena.

Oh Señor Jesucristo, tu manifestación en carne,
nos liberó de la esclavitud del pecado, al pagar con tu sangre nuestra redención.
Gracias, oh Señor, por librarnos del imperio de la muerte; venciéndolo con tu muerte, sepultura y resurrección.
                       Paz de Cristo 


sábado, 23 de febrero de 2019

LA PALABRA, SEMILLA DE PODER EN CRISTO

Sembrad la semilla de poder en Cristo,
y edificará el santo propósito en su gracia.
Elevada por su Espíritu,
con el ciento por uno será prosperada.

Cíñete la sobrenatural Palabra,
y en su tiempo se manifestarán los prodigios. 
Adecúa la frondosidad del alma,
para que su grandiosa luz dé radiantes beneficios.

Oh Señor Jesucristo, en tu creación, 
es inexistente el límite como concepto.
Todo lo asume tu inefable percepción;
porque del santuario emana el pensamiento eterno.

Del milagro, solo da provisión la Sagrada Palabra; 
y permanece más allá de la tenebrosa muerte.
Oh Redentor Omnipotente, al que te ama,  
su alma glorificarás eternamente.

A veces hacemos desdén de las Escrituras,
no teniendo en cuenta, que se cumplirá hasta la última tilde.
Si a la voluntad de tu alma, ante el Sumo Hacedor, renuncias;
como galardón recibirás, el poderoso gozo de ser libre.
                     Paz de Cristo 













LA COMPASIÓN, PIADOSA ACTITUD EN CRISTO

La génesis de la compasión, oh Cristo,
en los días de tu encarnación es descrita. 
Oh Santo Espíritu, 
de la majestuosa eternidad se manifestó el Hijo del Hombre, en su gloriosa venida.

A los 30 años, oh Cristo Jesús, 
fue el inicio de tu sagrado ministerio. 
Por tu piedad, el corazón del ser humano vio la luz,
desatando de su condena al que estaba en las tinieblas preso.

¿En qué misterioso lugar, 
pudiste recostar cada día, oh Señor Jesucristo, tu santísima cabeza;
para el amor del cielo propiciar,
con inusitada belleza? 

De tu crucifixión, oh Cordero inmolado,
el brillo de los clavos horadó el eterno santuario.
Él al pecador justificó el oprobio de su pasado;
y clavó en la cruz, cada acta inculpatoria de las acusaciones del depravado diablo.

Oh Jesús crucificado, tu última frase antes de expirar en la cruz del Calvario, fue: Consumado es. 
Y se rasgó el velo del templo, para postrarnos con libertad en el lugar santísimo.
Tu compasión, oh Rey de reyes, 
es la piedad del Dios Altísimo.
                         Paz de Cristo 






viernes, 22 de febrero de 2019

SOY TU ESCLAVO, OH CRISTO, LIMPIO DEL IGNOMINIOSO PECADO

Oh Cristo, el tibio arrepentimiento,
subyuga al que no es libre; has de morir y resucitar, para ser salvo, con el Cordero inmolado.
Lo saben todas las estrellas del firmamento. 
Y tú, que crees que vives, y estás muerto; habrás de besar los pies del Señor, con lágrimas de sangre en tu genuino arrepentimiento, para no sufrir las llamas eternas del condenado.

Que emane del corazón, 
el olor fragante de Cristo Jesús. 
No existe mayor bendición, 
que resplandezca en nuestra alma su admirable luz.

Si para llamar a Jesús, Señor, 
has de manifestarlo en el Espíritu.
No seas un sepulcro blanqueado de amor,
dándole una micra de mérito al maligno.

El que está a la defensiva;
no advirtió, que su fortaleza es el gozo del Señor Jesucristo.
El Omnipotente, ha dicho: Yo pagaré, mía es la venganza.
Nada se substrae a su Santo Espíritu.

El Todopoderoso, dijo: Si no te niegas a ti mismo y no das tu vida por mí, 
no eres digno de seguirme.
Que tu verdadero arrepentimiento sea antes del fin; para decirle al Rey de la gloria, heme aquí.
Y en el libro de la vida, se vea escrito, la salvación del alma en tu nombre.
                           Paz de Cristo 
       






jueves, 21 de febrero de 2019

SALMO 116:12 EN CRISTO

¿Qué pagaré a Jehová por todos sus beneficios para conmigo?
Suyo es el oro y la plata.
Y como ofrenda, más vale la obediencia que el sacrificio. 
Todas las cosas están desnudas y abiertas, a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. 

Oh Señor Jesús, la vida que nos has dado,
es de imposible valoración.
Y en tu sacrificio de muerte, y muerte de cruz, recibimos gracia eterna al redimirnos del pecado,
para la postrera salvación.

Oh Redentor del universo, los misterios de tu creación, 
permanecen encriptados en lo eterno.
Excedería de todo conocimiento el amor de tu magistral lección;
porque nuestra exigua sabiduría, exacerbadamente carnal, obra en el contumaz desacierto. 

Oh Rey de reyes, a tu majestuosa voluntad, 
debemos nuestra prodigiosa existencia.
Solo Tú, oh Señor, posees el poder de la verdad;
y rendidos a tus pies, elevamos al trono celestial una plegaria de clemencia.

Oh Señor Soberano, anhelamos tu venida,
para ser de tu Iglesia amada la nueva Jerusalén.
Y porque es bienaventurada, vivirá por los siglos en la eternidad del Edén.
                          Paz de Cristo 






PROVERBIOS 23:26 EN CRISTO

Oh Cristo, que la transparencia de mi corazón,
sienta el pálpito de tu Palabra.
Derrama sobre él la unción,
para su transformación en carne, y que sea libertado de la indolente piedra. 

Oh Cristo Jesús, da provisión de santidad a mis ojos,
y podrán ver la luz, oh Señor, de tus caminos.
Exuberantes serán lo buenos frutos,
con los que han de ser bendecidos.

Oh Señor Jesucristo, de la abundancia del corazón, 
habla la boca.
Que no sean palabras de perdición, 
sino de benignidad inequívoca. 

Oh Rey de reyes, no es insalubre la vianda
que entra en el cuerpo, y va a parar a la letrina.
Solo del corazón sale la calumnia inmunda,
que el alma contamina.

Oh Señor de señores, que las saetas de tu Evangelio,
den pureza al atribulado corazón. 
Cuando del que mana la vida, asuma este eterno privilegio, 
habrá encontrado el camino de la salvación. 
                       Paz de Cristo 


MATEO 16:26 EN CRISTO

Jesús, dijo: Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?
Oh Señor, de una sola gloria habla tu Evangelio. 
El ser humano, fija en la falsa gloria su existencia efímera, 
escarnizando la eterna morada del bendito cielo.

Oh Cristo, en la egolatría, 
fundamenta el hombre sus mundanas aspiraciones. 
Y ultraja la sabiduría;
anteponiendo, oh Señor, a tu bendición sus perversas maldiciones.

Oh Cristo Jesús, he llegado a ser el dueño de toda la tierra;
y estoy siendo preso de mi propia vanidad.
Ahora, he de escudriñar tu Palabra,
que es la sagrada senda de eternidad. 

Oh Señor Omnipotente, edificar sobre la Roca, 
se convertirá en la más sólida arquitectura. 
Porque la única cosa gloriosa,
es ser en tu Nombre nueva criatura.

Oh Señor Jesucristo, meditaré con persistencia, 
en tus eternos pensamientos.
Y tu excelsa diestra ha de ser mi sobrenatural delicia;
para elevarme a tu gloria, con el gozo de los santos.
                                 Paz de Cristo 



miércoles, 20 de febrero de 2019

1 JUAN 4:18 EN CRISTO

En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
Oh Cristo, asidos a tu amor, los ríos de agua viva discurren en las profundidades del alma.
Dios es amor.
Y Él nos amó primero, por eso mi corazón le ama.

Oh Señor Jesús, el maná  eterno nunca nos faltó, 
cuando predicamos por amor de tu Nombre.
En el yermo desierto, la Palabra todo lo transformó;
y luz recibió el impío, que le hizo ser un discípulo excelente.

Oh Señor Jesucristo, sin el poder de tu amor, 
la gloria no se manifiesta.
La salvación, oh Redentor,
dará el protagonismo a la que del Rey de reyes es la Iglesia santa.

Oh Cristo Jesús, Tú, del amor eres la esencia, 
al inmolarte en la cruz del Calvario.
De gracia, hemos recibido la herencia,
del más solemne santuario.

Oh Rey de la gloria, de tu reino somos pertenencia,
que nos excluye del mundo irreverente.
Adoradores en espíritu y en verdad somos de tu presencia,
que nos da vida eternamente.
                            Paz de Cristo 




martes, 19 de febrero de 2019

LA APOSTASÍA, ANATEMA EN CRISTO

Los apóstatas de la sana doctrina,
te han dado la espalda, oh Cristo.
De doble filo es tu aguda espada,
y disecciona a los que les fluctúa el espíritu.

Oh Cristo Jesús, a los tibios los vomitarás de tu boca; 
porque incumplen tus mandamientos.
El fariseísmo idólatra,
necesitado está de la gloriosa bendición como sustento.

Oh Señor Jesucristo, a tu Iglesia santa,
la tientan las tinieblas del maligno.
Aún la oración sobrenatural a sus discípulos inmuniza,
con incienso genuino.

Oh Santo Espíritu, derrama tu celestial mensaje sobre la Iglesia,
para que tenga cuidado de no caer.
Porque el maná de la gloria,
solo le será dado al que ha de vencer. 

Oh Señor Jesús, Tú vertiste esperanza,
y el alma impía la convirtió en fornicación.
Quién tenga oídos, oiga la Palabra;
porque no iras al Seol, con contrición y arrepentimiento, ni serás de condenación. 

Oh Rey de reyes, nuevo es el nombre,
que darás al siervo de salvación.
Blanca es  la piedrecita donde Él lo inscribe; y por nadie fue conocido, sino por el mismo del arrebatado corazón.
                      Paz de Cristo 
        




lunes, 18 de febrero de 2019

MATEO 8:5-13 EN CRISTO

Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo; solamente di la palabra, y mi criado sanará.
El irrefrenable pálpito de la fe, oh Cristo, hizo la diferencia.
La acción del milagro, en la distancia se cumplirá,
porque lo imposible para el hombre, le es factible a tu presencia.

De inefable, oh Cristo, 
define el racionalismo humano tu omnipresencia.
En la ubicuidad del Espíritu,
es probada tan majestuosa excelencia.

Deposita tu fe en el Señor, 
y toda inexpugnable fortaleza será asolada.
Por el poder de su sublime amor,
ha sido nuestra alma blindada.

Oh Señor Jesucristo, por tu senda sagrada, 
sufriste el escarnio y los lacerantes latigazos, antes y durante la tortuosa crucifixión.
Para que se cumpliera la Escritura Sagrada, 
rindió santa obediencia, oh Rey de la gloria, tu corazón.

Oh Hijo del Hombre, Tú agonizabas como carne de pecado, 
para redimir nuestro pecado en la carne.
Oh Señor Jesús, con la frase, consumado es, al cielo subió el espíritu del Todopoderoso, que había expirado. 
Y el mayor milagro del primogenito de los muertos, fue al tercer día en el sepulcro, su resurrección per se. 
                           Paz de Cristo 
                        


JEREMÍAS 17:9,10 EN CRISTO

Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Perpleja, ante su soberbia, mi alma está;
y toda insolencia, oh Señor, convertirás en la bondad que en él atesoras.

Porque del corazón mana la vida, oh Cristo, 
dale al hombre la verdadera y precisa libertad.
Y que sea el Santo Espíritu, 
guardándonos en su verdad.

El temor de Jehová, 
es el principio de la sabiduría. 
El poder de su Palabra, nunca nos abandonará, 
y será como respladeciente luz del mediodía.

De todo lo guardado, 
guarda tu corazón. 
Y cordero serás bienaventurado,
el gran día de la salvación.

Porque para siempre es tu misericordia, oh Cristo Jesús,
derrama del santuario bendición. 
Y que sea tu admirable luz, 
lámpara de santidad al circuncidado corazón.
                      Paz de Cristo 






1 CORINTIOS 10:4 EN CRISTO

Y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la Roca espiritual que los seguía, y la Roca era Cristo.
Nube de día y columna de fuego de noche.
La Shekina guardó al pueblo elegido en el desierto,
para revelar el conocimiento de la salvación al hombre.

Oh Cristo Jesús, el ser humano, de la tierra es polvo. 
Y Tú Sumo Alfarero, quieres hacer un vaso perfecto, que asuma en tu reino su morada. 
Si en el alma no siente lo glorioso, 
de amor inexistente es su huella despiadada.

Oh Señor Jesucristo, diste aliento de vida
al ser creado, 
para culminar tu magistral obra. 
Y por su obscuro corazón, oh Señor, fuiste traicionado;
al deshonrar, con su desobediencia, la Palabra.

El paraiso, no le bastó, 
como hábitat de gloria.
Oh Señor Redimidor, tu inmolación voluntaria obvió;
y desestimó, de tu preciosa sangre derramada, la gracia majestuosa. 

El Señor Jesús, dijo: El que cree en mí, aunque este muerto vivirá.
La piedra que desecharon los edificadores, vino a ser cabeza del ángulo.
El corazón sin fe, al Rey de reyes no agradará;
porque para ser salvo, has de ser santo.
                        Paz de Cristo 







domingo, 17 de febrero de 2019

LAS PRIMICIAS, LUZ DE PUREZA EN CRISTO

Oh Cristo, en tu Evangelio, 
definida está la pureza.
Ser tu hijo es un gran privilegio,
al concederme paz en la tormenta.

En tu admirable luz, 
se ve reflejada la verdad.
Oh Cristo Jesús, 
cincela en la tabla de mi corazón la gloriosa santidad.

Oh Señor Jesucristo, solo en el pacto de tu sangre preciosa, 
hallaré gracia.
Obvia tu opinión ociosa;
y encontrarás sabiduría en la Palabra.

Desestima tu propia prudencia,
y da a Dios la gloria.
En su excelencia,
siempre tienes reservada la victoria.

Fruto del Espíritu,
es la bondad.
Descenderá sobre el santo camino,
la lluvia temprana y tardía; y con paciencia las primicias podras cosechar, como ofrenda de eternidad.

Toda honra sea para el Redentor;
porque de su diestra son tus bienes.
E invoca el Nombre de Jesús, con amor, para que la semilla sembrada reciba sus bendiciones.

Oh Señor Omnipotente, contigo la contienda, es hacer un llamado a lo estéril;
porque nuestra ignota existencia, le compete en exclusiva al Creador.
Fuera de Él todo es fútil;
y tú eres una sobrenatural semilla, a la que infunde eterno crecimiento el Sumo Hacedor.
                              Paz de Cristo 





sábado, 16 de febrero de 2019

DESHACED LA CONTIENDA EN CRISTO

Oh Cristo, tu sabia Palabra,
a la contienda no da pábulo. 
Porque el siervo que te ama;
blandiendo su espada, proclama la sucinta respuesta del bíblico versículo.

Rectos son los surcos,
cuando el que dirige el timón del arado, ha puesto sus ojos en Cristo Jesús.
Deshechos quedan los infundios, 
que no provienen, oh Señor, de tu admirable luz.

Como revestida de una blanca túnica, 
te asalta la abominable iniquidad. 
Es el maligno enmascarado de asechanza. 
Muéstrale en un pestañeo, la reprensión del Señor, que da visibilidad al resplandeciente relámpago de la única y postrera libertad.

Denodada es la guerra sostenida con satanás,
enquistada en una ancestral concupiscencia.
Lleva siempre puesto, en el Nombre de Jesús, el yelmo de salvación o te arrepentirás;
porque el príncipe de este mundo, usa una estrategia de carnal complacencia.

Oh Señor Omnipotente, en tu Espíritu se manifiesta la vida eterna,
y a toda buena obra provee de perfección.
El Rey de reyes, al que ama disciplina,
de todo su majestuoso corazón.
                             Paz de Cristo 
                            




viernes, 15 de febrero de 2019

SÉ DETERMINADO EN CRISTO

Mi determinación obra en el Nombre de Jesús,
para dar obediencia a su Palabra.
Aprobados por Él somos los hijos de luz,
al predicar la unica verdad que liberta el alma.

Velad y orad en toda circustancia,
con abnegación y quebrantamiento de espíritu.
A tiempo y fuera de tiempo al impío insta,
y será convertido por el Omnipotente Jesucristo.

Se determinado en la evangelización,
y no hagas acepción de personas. 
Todo ser humano opta a la redención,
sagrado privilegio, oh Señor, de tus benditas promesas.

Recurre con diligencia a los pies de Cristo,
y clama a su omnisciencia.
Revelada verdad del Santo Espíritu,
que determina el no desesperar en la irrenunciable paciencia.

Oh Señor Jesucristo, Tú perseverancia intachable,
propició nuestra salvación.
La firme naturaleza del alma forjaste,
y moldeaste con sobrenatural fuerza al aguerrido corazón.
                        Paz de Cristo 

jueves, 14 de febrero de 2019

MATEO 9:38 EN CRISTO

Jesús, dijo: Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies.
La plegaria al Padre Omnipotente, tiene una urgencia imperativa.
Del justo son las oraciones,
que suben al cielo como una gran prerrogativa.

Oh Cristo, en un tiempo sumario, 
demandas que se anuncie tu Evangelio. 
El ruego encarecido ha de abrir el santuario, 
para que las almas perdidas, de la Palabra tengan conocimiento.

Oh Cristo Jesús, la asunción de mayor autoridad, 
se la encomiendas a tus discípulos. 
Y su oración incensada de eternidad, 
llevará el evangelismo hasta lo último de la tierra, con multitud de heraldos por tu Espíritu enardecidos. 

Oh Señor Jesucristo, heme aquí, envíame a mí. 
Los días se acortan, ante las almas que agonizan sin tu presencia.
Oh Señor de la mies, aliéntame hasta el fin, 
para que tu mies sea salva, por la excelsa diestra que concede sagrada clemencia.

Oh Cordero inmolado, ofrendaste tu vida, 
para que la humanidad sea de redención.
Haz que la Palabra se anuncie con gracia desmedida,
y que en el Cristocéntrico universo se oiga el estruendo de tu salvación. 
                             Paz de Cristo 


MARCOS 7:21-23 EN CRISTO

Oh Cristo, del hombre es la insolencia, 
que desvirtúa el corazón.
Su hipócrita avenencia,
se convierte en malos pensamientos, adulterios, homicidios, hurtos, avaricias, maldades, engaño, lascivia, envidia, maledicencia, soberbia, insensatez y fornicación.

Oh Cristo Jesús, Tú desenmascaras con la Palabra,
a los que por sus labios entenebrecidos pronuncian tu Nombre. 
Blanqueados sepulcros, que esconden al que no ama,
en el Seol lúgubre.

Oh Señor Jesucristo, tu senda sagrada, 
nada más pueden pisar los que por el Espiritu, a Jesús, llaman Señor.
Del alma bienaventurada, 
con excelencia emana el irreprensible amor.

Oh Cordero inmolado, la creación gime de dolor,
para que en ella tenga cumplimiento el juicio de la universal redención.
Solo, oh Rey de reyes, en tu incomparable amor, 
hay eterna bendición.

Oh Señor Omnipotente, el desconocimiento de tus prodigios,
llevan al ser humano a pedir sabiduría de lo alto.
En los principios bíblicos confiamos,
para traspasar el umbral del cielo santo.
                           Paz de Cristo 








miércoles, 13 de febrero de 2019

POR EL ESPÍRITU SANTO, CONCEBIDO FUISTE, OH CRISTO

Es del santuario eterno, oh Cristo, 
el gran misterio. 
Fuiste concebido, oh Señor, por el Santo Espíritu,
en un sobrenatural milagro.

La concepcion del Hijo del Hombre, 
propició en mí, ser el siervo genuino. 
Discípulo soy de real linaje,
para seguirte, oh Cristo Jesús, en tu vida, verdad y camino.

Vida me has infundido,
con el nuevo pacto,oh Señor Jesucristo, de tu sangre. 
Derramada en tu crucifixión, y como carne de pecado convertido,
de una muerte segura me libraste.

Oh Señor Jesús, inhumado en un sepulcro nuevo,
no te pudo retener la muerte. 
Y al tercer día, reconstruido el templo;
tu resurrección me dio vida, y vida abundante.

Oh Omnipotente Redentor, me has preparado morada,
en el tabernaculo de salvación.
A mi alma, oh Rey de la gloria, la hiciste bienaventurada,
concediéndome en tu camino y verdad la redención santa del perdón. 
                            Paz de Cristo 





LA CERTEZA DE LO QUE ESPERAS ESTÁ EN CRISTO

Oh Cristo, Tú eres la insoslayable respuesta, 
a todos mis anhelos.
Para regocijarnos en la eternidad, has abierto tu sagrada puerta, 
y nunca se cerrará; si en ti creemos.

Oh Cristo Jesús, la certeza santa, 
está explicitada en tu Evangelio. 
Solo has de activarla,
y siempre recibirás la prodigiosa ayuda del cielo.

Oh Señor Jesucristo, habrá mayor respuesta, 
que tu manifestación en carne, al privarte del trono de Rey, y convertirte en un incontestable siervo.
Fue tuya, oh Señor, la máxima obediencia,
del que sirvió a la humanidad, hasta con su último aliento.

Oh Cordero inmolado, los que te escarnecieron,
no doblegaron tu sobrenatural voluntad de redimir al pecador.
Nada escondió la verdad del consagrado corazón,
que proclamó hasta el último latido de su vida, el poder incondicional del  amor.

El universo se ve asido, 
a los imperceptible hilos del Todopoderoso Jesucristo.
Y con la certeza de ser, por el Sumo Hacedor concebido, 
suspendido se sujeta en la gracia del Santo Espíritu.
                                Paz de Cristo 










martes, 12 de febrero de 2019

CONVIERTES LA OBSCURIDAD EN LUZ, OH CRISTO

Oh Cristo, Tú eres el Alfa y la Omega,
que nos libertas del dolor.
Oh Iglesia, en las profundidades de la atemporal paciencia,
se hace visible la gloria de Dios.

Oh Cristo Jesús, en tu crucifixión,
la perversa crueldad se hizo presente. 
Pero la eterna vida de tu corazón,
venció a la despiadada muerte.

Oh Señor Jesucristo, el cumplimiento de la Palabra,
deriva de la persistente obediencia.
Solo del que ama, 
será la salvación de excelencia.

Oh Rey de reyes, tu resurrección,
nos reveló al Dios Todopoderoso.
Oh Sumo Hacedor, en tu exaltación,
se postró a tus pies todo el universo.

Oh Señor de señores, a tu trono de la gracia,
clamamos con adoración las almas. 
En tu Nombre, oh Señor Jesús, nuestra muerte es de sentencia absolutoria;
porque, oh Señor, nos diste vida y vida en abundancia, a los que fuimos salvados por tu heridas sagradas.

Oh Señor Omnipotente, tus pruebas nos hacen fuertes en la fe, 
para honrar tu Nombre.
Has de creer en lo que no se ve,
para dar gracias imperecederas al que todo lo puede.
                  Paz de Cristo 




lunes, 11 de febrero de 2019

SIN CONOCERTE, NO HAY AMOR, OH CRISTO

Oh Cristo, sin amor, 
el sexo
es hedor:
oh Evangelio, sublima con tu santidad el proceso.

Oh Cristo Jesús, el viento espiritual,   desciende con estruendo de tu glorioso santuario.
Sobrenatural don celestial,
que busca el corazón fragante de quebrantado sumario.

Oh Señor Jesucristo, tus estrellas reverberan el fulgor,
de las incensadas oraciones de los santos.
Es el alfolí del amor, 
que preserva los sentimientos sagrados.

Oh Cordero inmolado, hollaste el trasfondo de la humillación;
y fuiste obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. 
Nos dio eterna vida la bondad de tu corazón;
porque de su magnificente profundidad, emana la santísima luz.

Nada hay perfecto;
sino Tú, oh Omnipotente Redentor.
Inmensas gracias, por reconstruir tu majestuoso templo,
que nos ha hecho propicios a la eterna resurrección del amor.
                           Paz de Cristo 










SÉ IRREDUCTIBLE EN CRISTO

La firme convicción en la Palabra, 
ha de ser irreductible en Cristo.
Y perseverar como siervo, que hasta la muerte ama,
en la sagrada verdad del Santo Espíritu.

Armonía santa es el Evangelio,
cuando anuncias que en su poder guarda la salvación.
Y la manifestación del milagro en su exhorto,
oh Cristo Jesús, mueve el alma a su conversión.

Con intransigencia, oh Señor Jesucristo,
he de predicar los bíblicos preceptos.
Sé atalaya del que es fin y principio, 
de los caminos eternos.

Serás hijo de Dios;
si consumas las doctrinas fundamentales.
El reino es para los genuinos arrepentidos, 
que miran con ojos celestiales.

A los esclavos del Rey de reyes,
nunca se les estinguirá la llama del Espíritu.
La obediencia ineludible a la Sagrada Escritura, les vuelve invulnerables;
porque en su corazón vive, el Omnipotente Señor Jesucristo.
                               Paz de Cristo 







domingo, 10 de febrero de 2019

EXALTAD EL EVANGELIO EN CRISTO

Oh Cristo, el Evangelio predicaré con denuedo,
para salvar almas.
Exaltadlo en todo tiempo,
echando el pan sobre las aguas.

Oh Cristo Jesús, la Palabra tiene un propósito, 
y nunca vuelve vacía.
Su poder excelentísimo,
ha ceñido de gracia nuestra vida.

Oh Señor Jesucristo, no me avergonzaré,
de exhortar la buenas nuevas de salvación eternas. 
Toda la tierra hollaré,
para anunciar, oh Señor, las virtudes del que nos dio su luz admirable, 
y borró de sus siervos las tinieblas.

El conocimiento de la verdad,
has de predicar noche y día en el Nombre de Jesús.
Prodigioso privilegio es ganar la eternidad,
con el vínculo celestial de ser hijos de luz.

Oh Señor Omnipotente, en tus eternas moradas, 
nos has reservado un lugar.
En el Calvario, oh Cordero inmolado, derramaste tu sangre preciosa, para redimir a las almas pecadoras, con el regocijo del que tiene la autoridad de amar.

Oh Salvador, somos piedras vivas, 
del templo sagrado de tu resurrección.
Y en el libro de la vida figuran inscritas,
las que son de eterna salvación.
                              Paz de Cristo 


                              


viernes, 8 de febrero de 2019

JUAN 11:35 EN CRISTO

Jesús lloró.
Se conmovió el alma del Señor Omnipotente. 
Sin embargo para resucitar al amigo fraternal, toda lagrima no bastó. 
El milagro de la vida se hizo factible, cuando en el obscuro Seol retumbó el estruendo eterno de su voz; y en un llamado providencial, venció a la desafiante resistencia de la muerte. 

Invocad cada segundo de vuestra existencia
el Nombre de Jesús. 
Ante la entenebrecida muerte impuesta,
que tu venida, oh Señor, sea refulgente y con desmesurada prontitud.

Oh Cristo Jesús, en el sepulcro,
no te pudo retener la lúgubre muerte.
Al tercer día reconstruiste el templo;
y a todo aquelarre maléfico asolaste.

Oh Señor Jesucristo, tu sudoración en Getsemaní,
eran corporales lagrimas de sangre.
Tu aflicción no era baladí:
iniciabas la pasión, para redimir de la prisión del pecado al atribulado hombre exánime.

Oh Fiel y Verdadero, lloraste por la Jerusalén devastada, 
y la muerte de sus profetas.
En el reino milenario, por tu diestra será gobernada la ciudad santa. 
Y Tú, oh Rey de la gloria, salvarás a las almas bellas.
                              Paz de Cristo