" Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo."
Oh Cristo, irrefutable es el cumplimiento de tan impactante aseveración.
Los santos de tu Iglesia amada, serán salvos en el arrebatamiento.
Sin embargo el que en su hipocresía pasó por fariseo, tendrá una obscura espectativa de juicio, como consecuencia de la altísima traición.
Jesús, dijo: Dejad que los niño se acerquen a mí; porque de los tales es el reino de los cielos.
Habréis de convertios en niños, para abrir las puertas de la gloria.
La pureza de tu mirada, oh Señor, nos hizo siervos;
y por ser tus adoradores en espíritu y en verdad, tenemos una fe inquebrantable en la postrera victoria.
Oh Cristo Jesús, los que predicamos tu Evangelio,
estamos llevando a las almas salvación.
Y nos hemos ceñido este sagrado privilegio,
para que el resplandor de la Palabra, les consagre como discípulos de tu santa unción.
Oh Cordero inmolado, la redención universal,
se produjo en tu sacrificio de muerte, y muerte de cruz en el Gólgota.
Oh Señor Jesucristo, tu preciosa sangre derramada selló el pacto celestial,
por el que somos salvos; no por obras, sino por gracia.
Oh Todopoderoso Señor, eres el Soberano de la creación.
Y toda rodilla se doblará al pronunciar tu Nombre.
Anhelamos ser dignos de la salvación,
que en el eterno misterio del santuario
por tu gran misericordia nos fue concedida, oh Sumo Hacedor Omnipotente.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario