Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.
Perpleja, ante su soberbia, mi alma está;
y toda insolencia, oh Señor, convertirás en la bondad que en él atesoras.
Porque del corazón mana la vida, oh Cristo,
dale al hombre la verdadera y precisa libertad.
Y que sea el Santo Espíritu,
guardándonos en su verdad.
El temor de Jehová,
es el principio de la sabiduría.
El poder de su Palabra, nunca nos abandonará,
y será como respladeciente luz del mediodía.
De todo lo guardado,
guarda tu corazón.
Y cordero serás bienaventurado,
el gran día de la salvación.
Porque para siempre es tu misericordia, oh Cristo Jesús,
derrama del santuario bendición.
Y que sea tu admirable luz,
lámpara de santidad al circuncidado corazón.
Paz de Cristo
Hermoso la palabra de Dios.
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