Oh Cristo, sin amor,
el sexo
es hedor:
oh Evangelio, sublima con tu santidad el proceso.
Oh Cristo Jesús, el viento espiritual, desciende con estruendo de tu glorioso santuario.
Sobrenatural don celestial,
que busca el corazón fragante de quebrantado sumario.
Oh Señor Jesucristo, tus estrellas reverberan el fulgor,
de las incensadas oraciones de los santos.
Es el alfolí del amor,
que preserva los sentimientos sagrados.
Oh Cordero inmolado, hollaste el trasfondo de la humillación;
y fuiste obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Nos dio eterna vida la bondad de tu corazón;
porque de su magnificente profundidad, emana la santísima luz.
Nada hay perfecto;
sino Tú, oh Omnipotente Redentor.
Inmensas gracias, por reconstruir tu majestuoso templo,
que nos ha hecho propicios a la eterna resurrección del amor.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario