Oh Cristo, desde antes de la fundación del mundo,
nos escogiste como tu viña santa.
Convertiste en fértil lo inmundo.
Y la niña de tus ojos, oh Señor, creció en tu misterio eterno consagrada.
Oh Cristo Jesús, a ti ofrendaré gloria, honra y alabanza,
para santificar mi vida.
Oh Rey de la gloria, en tu soberana enseñanza,
se regocijará mi alma bendecida.
Oh Señor Jesucristo, en tus árboles solo habrá fruto perfecto;
si la lluvia temprana y tardía desciende del celestial Evangelio.
Redimido será el auténtico discípulo,
que recibió el bautismo del Espíritu Santo y fuego.
Oh Fiel y Verdadero, Tú das el ciento por uno,
al que exhorta con la Palabra.
Sé un atalaya genuino,
y ama al que no ama.
Oh Redentor, en tu voluntaria crucifixión,
la preciosa sangre derramada nos ciñó de gracia.
La savia de la viña escogida, transformó en inmarcesibles los latidos del corazón.
Y con gloria de vida eterna, oh Formador, sellaste a tu Iglesia amada.
Paz de Cristo
No hay comentarios:
Publicar un comentario