El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
Y como propósito perfecto de tus hechos, en el nombre de Jesús, has de ser probado como su adorador de incorruptible cumplimiento.
Con tu humillación hasta la muerte, y muerte de cruz, Oh Cristo Redentor,
para libertarnos de la esclavitud del pecado, ofrendando tu vida, pagaste el mayor precio.
Oh Cristo Jesús, ningún ser humano tiene el conocimiento de como medir el amor;
pero siente la notabilísima diferencia con su polo opuesto el desamor.
Oh Omnipotente Señor,
inícianos en la obediencia a tu Palabra, como primordial valor.
La naturaleza del desamor,
no la sustenta ningún principio bíblico.
Aunque sabemos que el principio de la sabiduría es tener al Señor Jesucristo temor, por ser el eterno gran Yo Soy único.
Desestima cualquier acción,
si no interviene el amor.
Ha de dar el visto bueno el pálpito de tu corazon,
que no se conmueve, al no percibir la excelencia del glorioso Señor.
Nuestra protección de más piedad,
nos viene dada por el Rey de reyes.
Si anhelamos morar en la eternidad,
es indispensable condición a nuestro prójimo perdonar, con el máximo amor que pudieres.
Paz de Cristo
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