¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
Contestadla ciñéndoos a vuestra alma la única verdad.
Y os contestará el dolor agudo,
que os sobrevendrá; si vuestra vida no discurrió, por el irreprensible camino de eternidad.
Oh Señor Jesucristo, a todo ser humano,
le has otorgado un nombramiento excepcional: el de administrador.
Y serán juzgadas sus obras de salvación o condenación ante el tribunal del eterno Padre Omnipotente.
Nada se substraerá a la piedad del Todopoderoso Pastor,
que juzgará en cada uno de nosotros, segundo a segundo, el tiempo pasado y el presente.
Si escudriñáramos pormenorizadamente la Palabra,
sabríamos que nuestra vida parte de lo sobrenatural, y que vuelve sin remisión a lo sobrenatural.
Oh Redentor, en este medido tiempo de efímera vida, has estado probando nuestra alma,
para ser arrebatada o no a la gloria celestial.
A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien.
Y es que nuestra mayordomía es personal e intransferible.
Porque a los que al Señor sienten,
protegidos serán por su Espíritu invencible.
El que inició la obra en ti, la perfeccionará;
porque, oh Cordero inmolado, te crucificaron en la cruz del Calvario, para darme gracia con tu redención.
Y el celo de mi obediencia a la Sagrada Escritura, me perdonará,
para ser de salvación.
Paz de Cristo
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