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miércoles, 15 de mayo de 2019

SALMO 34:1 EN CRISTO

Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.
A la gloria sea su nombre, no existe mayor exaltación y honor.
Nuestra vida se manifestó, oh Señor, por tu justicia majestuosa,
y fuimos ceñidos con su excelso amor.

Oh Rey de reyes, dependemos de tu creación,
y por ti hemos sido creados. 
La señal de vida que sin aparente esfuerzo emite nuestro corazón,
da la medida de que en el Todopoderoso somos bienaventurados.

La indolencia del espíritu,
es sustentada por el que vino a hurtar, matar y destruir.
Y Tú viniste a deshacer las obras del maligno, oh Señor Jesucristo, 
para nuestra alma redimir.

Oh Soberano Dios, Tú eres el Justo;
y te manifestaste en carne, para darnos vida y vida en abundancia. 
En el principio fue el Verbo. 
Y en el misterio de la piedad, nuestro Padre eterno es el mismo Cristo, a quien debemos solemne adoración en su máxima excelencia.

No demos ningún beneplácito al anticristo,
que en su asechanza destruye las bendiciones del Señor Omnipotente.
Qué nuestro corazón circuncidado alabe día y noche al Altísimo,
para que en el alma santa viva eternamente.
                                  Paz de Cristo



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