Powered By Blogger

domingo, 19 de mayo de 2019

MARCOS 6:4 EN CRISTO

Mas Jesús les decía: No hay profeta sin honra sino en su propia tierra, y entre sus parientes, y en su casa.
A los reaccionarios paisanos de Cristo Jesús, el vestido eterno les venía inmensamente grande. 
Su prepotente incredulidad extraordinariamente adversa,
fue un tropezadero, oh Señor, del descreimiento más execrable.

Oh Señor Jesucristo, Tú, ya conocías en tu propia casa, 
la incredulidad insolente de tus hermanos.
Ellos que tuvieron el privilegio de que a tu lado, oh Rey de reyes, tuvieran una vida, piel con piel, tan santa;
y sin embargo, durante tu ministerio publicó, por su inexistente fe, se excluyeron de ser consagrados.

Oh Fiel y Verdadero, en tu visita a Nazaret,
no se hicieron manifiestos tus prodigiosos milagros.
De sus habitantes habla su exigua fe,
al no demandarte, oh Señor de señores, tus sobrenaturales postulados.

Oh Señor Omnipotente, la fatua reticencia del que te ve,
no da viabilidad a tu excelso poder.
En su obscuro corazón sin fe,
se veía diluida toda esperanza de creer.

Oh Todopoderoso Hacedor, Tú, nunca quisiste que se publicarán tus milagros;
pero siempre después de realizarlos decías: Tu fe te ha salvado.
Sabemos, oh Soberano Señor, que por tu gracia somos salvos. 
Y qué el que en tu nombre cree, será bienaventurado.
                            Paz de Cristo







No hay comentarios:

Publicar un comentario