Oh hombre, Él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios.
El Todopoderoso, ha anunciado profusamente su Palabra.
Ya ha hecho llegar su Evangelio, a todos los corazones malheridos;
pero su santidad no enardece al endurecido corazón que no ama.
Busca el reino del Redentor y su justicia,
y todo lo demás te será añadido.
No continúes por el camino de la inmundicia,
que te conducirá al abismo entenebrecido.
Tú, oh Señor Jesús, siendo Rey fuiste el mayor siervo y diste tu vida en rescate por muchos.
Él sabía de lo imposible que era salvar a toda la humanidad.
Y esta advertencia del Señor de señores, es refrendada por los contumaces seres humanos en sus inicuos hechos,
al hacer caso omiso de la eternidad.
Tú viniste, oh Rey de reyes,
a por los perdidos en delitos y pecados.
Y a su corazón hiciste llamados persistentes,
para que a tus pies se rindieran humillados.
Oh Salvador, para el que te profesa fe invocando tu nombre, no hay nada imposible;
porque para siempre es tu misericordia.
Guiados seremos por el Invisible,
para ser salvos en su eterna gloria.
Paz de Cristo
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