- Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé.
- Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé.
- Oh mi Cristo, por el camino angosto andaré.
- Y en tu majestuoso nombre siempre me gloriaré.
- Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?
- Apenas hube pasado de ellos un poco, hallé luego al que ama mi alma; lo así, y no lo dejé, hasta que lo metí en casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz.
- Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por los corzos y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que quiera.
- Oh Hijo del Hombre, es tu Sagrada Palabra la que únicamente sana;
- porque de ella emana la eterna plenitud,
- y con su única y perfecta verdad nos sustenta.
- ¿Quién es ésta que sube del desierto como columna de humo, sahumada de mirra y de incienso y de todo polvo aromático?
- He aquí es la litera de Salomón; sesenta valientes la rodean, de los fuertes de Israel.
- Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra; cada uno su espada sobre su muslo, por los temores de la noche.
- Oh Santo,
- Tú eres el más piadoso y fiel,
- y el que nos preservas de la obscura muerte.
- El rey Salomón se hizo una carroza de madera del Líbano.
- Hizo sus columnas de plata, su respaldo de oro, su asiento de grana, su interior recamado de amor por las doncellas de Jerusalén.
- Salid, oh doncellas de Sion, y ved al rey Salomón con la corona con que le coronó su madre en el día de su desposorio, y el día del gozo de su corazón.
- Oh Cristo Altísimo,
- tus pensamientos de gloriosa eternidad son los que nos bendicen,
- e indubitablemente nos abocan a la genuina salvación.
- Paz de Cristo
martes, 27 de febrero de 2024
CANTAR DE LOS CANTARES 3:1,2 EN CRISTO
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