- Oh mi Cristo,
- en tu abominable sacrificio de cruz;
- y ante la escarnecedora conducta del impío,
- el más solemne silencio, fue tu piadosa virtud.
- Oh Sumo Redentor,
- en la crucifixión del Calvario, arrostrando la calumnia y el ultraje,
- en tu obra de redención perfecta, prevaleció el excelso amor;
- y al perdonar a la vil chusma, oh Señor, de gracia lo consumaste.
- Oh Cristo Jesús,
- nada podía vencer a la letal obscuridad,
- sino tu majestuosa luz,
- que es la única y perfecta verdad.
- Oh Santo,
- nadie tenía poder,
- para redimir y justificar nuestro abyecto pecado.
- E imperiosamente necesitamos en tu glorioso nombre creer.
- Oh Eterno,
- únicamente la que no tiene arruga ni mancha, traspasará el umbral de tu gloria.
- Y en su inmarcesible morada del cielo,
- será coronada en victoria.
- Paz de Cristo
miércoles, 14 de febrero de 2024
TU SILENCIO SE ERIGE EN VIRTUD ANTE LA CONTIENDA, OH CRISTO
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