- Oh mi Cristo,
- Tú viniste a deshacer las obras del maligno.
- Y asidos a la verdad del Santo Espíritu,
- no nos saldremos de tu glorioso camino.
- Oh Sumo Alfarero,
- Tú tienes la llave del infierno y del Hades.
- Y al ser humano que transformaste en un vaso nuevo,
- le has revestido con tus bendiciones celestiales.
- Oh Cristo Altísimo,
- de todo se puede prescindir;
- pero indispensable es el Lugar Santísimo,
- para que en el eterno paraíso podamos vivir.
- Oh Santo,
- que nuestro diario amanecer,
- sea tu sabiduría de lo alto,
- para interiorizar en nuestro corazón tu excelso poder.
- Oh Alfa y Omega,
- separados de ti nada podemos hacer.
- Haz que tu santa presencia,
- en su gloria inmarcesible, nuestros ojos espirituales la puedan ver.
- Paz de Cristo
miércoles, 7 de febrero de 2024
EL MALIGNO NOS MUESTRA OBSCENAMENTE SU EXTREMA ASECHANZA, OH CRISTO
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