- Dije yo en mi corazón: Ven ahora te probaré con alegría, y gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad.
- A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?
- Oh mi Cristo, el frontispicio de lo espiritual es la santidad;
- pero lo transcendente es interiorizar el proceso.
- Propuse en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver cual fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparon debajo del cielo todos los días se su vida.
- Engrandecí mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas;
- me hice huertos y jardines, y plante en ellos árboles de todo fruto.
- Oh Cristo Jesús, tu grandiosa humildad, aun para un sinnumero de conversos pasa desapercibida.
- Y es que, priman las mundanas vicisitudes malignas,
- para pender del abismo más profundo.
- Me hice estanques de agua, para regar de ellos el bosque donde crecían los árboles.
- Compre siervos y siervas, y tuve siervos nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.
- Oh Rey de reyes,
- tus genuinos siervos sabemos qu Tú eres el Amén.
- Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de música.
- Y fui engrandecido y aumentado más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé conmigo la sabiduría.
- Oh Santo de Israel, en tu celestial y sublime gracia,
- ¿algún ser humano con máxima pureza se gloría?
- Paz de Cristo
jueves, 29 de febrero de 2024
ECLESIASTÉS 2:1,2 EN CRISTO
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