- Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas: No tengo en ellos contentamiento;
- antes que se oscurezca el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes tras la lluvia;
- cuando temblarán los guardas de la casa, y se encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;
- y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido de la muela; cuando se levantarán a la voz del ave, y todas las hijas del canto serán abatidas;
- cuando también temerán de lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro, y la langosta será una carga, y se perderá el apetito; porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores andarán alrededor por las calles;
- antes que la cadena de plata se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo;
- y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.
- Vanidad de vanidades, dijo el predicador, todo es vanidad.
- Oh mi Cristo, de Sión es el áureo viento,
- en la que nuestra espiritualidad se refugia.
- Y las vigorosas fuerzas serán menoscabadas,
- y en su devenir divididas.
- Nunca des entrada a las siniestras obscuridades;
- porque serán las que asolen tu celestial e inexpugnable gozo.
- Y que el paraíso eterno que tu fe anheló,
- esté asido al Santo Espíritu de la única y perfecta verdad.
- Paz de Cristo
viernes, 2 de febrero de 2024
ECLESIASTÉS 12:1-8 EN CRISTO
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