- Oh mi Cristo,
- tu reino se nos ha acercado;
- y con un desvarío errático,
- de medio a medio lo hemos desestimado.
- Oh Santo de Israel,
- tus buenas nuevas de salvación eterna,
- nunca encajaron en una veleidosa humanidad sin fe,
- con una ancestral tradición idolátrico- séptica.
- Oh Sumo Alfarero,
- porque tu misericordia es para siempre.
- En tu rueda sagrada, quisiste hacer del hombre fatuo un vaso nuevo;
- pero su desdén le hizo un ser perverso e irreverente.
- Oh Fiel y Verdadero,
- Tú te humillaste hasta lo sumo, al inmolarte por todos los viles pecadores en la cruz del Calvario.
- ¿Por qué, oh Padre Eterno,
- sólo los santos han entendido, que el primogénito de los muertos resucitado, volvió a vivir al tercer día de aquel tétrico y mortal sudario?
- Oh Santo,
- haz que tu gloriosa unción,
- impregne a todo obsceno ser humano,
- para que dé luz a su obscuro y engañoso corazón.
- Paz de Cristo
lunes, 5 de febrero de 2024
LA NECEDAD HUMANA DESESTIMA TU EXCELSA GLORIA OH CRISTO
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