HECHOS 22:1-9 EN CRISTO

• Varones hermanos y padres, oid ahora mi defensa ante vosotros. 
• Y al oír que les hablaba en lengua hebrea, guardaron más silencio, y él les dijo:
• Yo de cierto soy judio, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Dios, como sois todos vosotros. 
• Perseguía yo este Camino hasta la muerte, prendiendo y entregando en cárceles a hombre y mujeres;
• como el sumo sacerdote también me es testigo, y todos los ancianos, de quien también recibí cartas para los hermanos, y fui a Damasco para traer presos a Jerusalén también a los que estuviesen allí, para que fuesen castigados. 
• Pero aconteció que yendo yo, al llegar cerca de Damasco, como a mediodía, de repente me rodeó luz del cielo;
• y caí al suelo, y oí una voz que me decía: Saulo, Santo, ¿por qué me persigues?
• Yo entonces respondí: ¿Quién eres, Señor? Y me dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues. 
• Y los que estaban conmigo vieron a la verdad la luz, y se espantaron; pero no entendieron la voz del que hablaba conmigo.
• Oh mi Cristo, Pablo en su defensa, dio meridianos argumentos.
• Y al hablarles en lengua hebrea, concitó más su silencio.
• Diciéndoles: Nací en Tarso, y crecí en Jerusalén, e instruido por Gamaliel, de la ley, fui celoso en el cumplimiento de sus preceptos.
• Toda mi animadversión fue contra el Camino; y con saña arrestaron a muchos de sus creyentes.
• Y en toda clase de aflicción, se vieron los seguidores de Cristo Jesús, involucrados.
• Pero tu presencia, oh Sumo Redentor, hizo que Pablo cayera al suelo.
• Y una providencial voz le dijo: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
• Y Pablo, preguntó: Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús de Nazaret, a quien tú persigues. 
• Y a todos enderredor, la luz les espantó; pero de la voz del Santo de Israel, ninguno supo lo que dijo.
•            Paz de Cristo