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domingo, 23 de marzo de 2025

LIMPIAD LA INIQUIDAD DE LOS SÉPTICOS RECOVECOS DEL ALMA EN CRISTO

  • La Biblia enseña: La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de Dios delante de sus ojos.
  • Se lisonjea, por tanto, en sus propios ojos, de que sus iniquidad no será hallada y aborrecida.
  • Las palabras de su boca son iniquidad y fraude; ha dejado de ser cuerdo y hacer el bien.
  • Medita maldad sobre su cama; está en camino no bueno, el mal no aborrece. 
  • Jehová, hasta los cielos llega tu misericordia, y tu fidelidad alcanza hasta las nubes.
  • Tu justicia es como los montes de Dios, tus juicios, abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.
  • ¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. 
  • Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, y tú los abrevarás del torrente de tus delicias.
  • Porque contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la luz.
  • Extiende tu misericordia a los que te conocen, y tu justicia a los rectos de corazón. 
  • No venga pie de soberbia contra mí, y manos de impío no me mueva.
  • Allí cayeron los hacedores de iniquidad; fueron derribados, y no podrán levantarse.
  • Oh mi Cristo, todos fueron dignos, menos el discípulo de perdición, que genero perplejidad entre tus elegidos siervos. 
  • El alarde desmedido es propio de la alevosía y nocturnidad del malvado; porque ni de él mismo se fía.
  • Y es que, diametralmente opuesta a la bondad es su maquinación per sé. 
  • Desprovista de piedad, actúa su execrable mente. 
  • De tu linaje, oh gran Yo Soy, subyacen nuestras benditas heredades.
  • En tu gracia, oh Santo, nos sustentamos de forma invariable. Porque mostramos extrema fidelidad sin reservas.
  • Son los conocimientos de la Sagrada Escritura, el manantial con el que espiritualmente nos sacias.
  • La sabiduría de lo alto, a los que creen en tu glorioso nombre, oh Señor, nos es solicita para vivir imperecederamente en tus celestiales moradas. 
  • Porque seremos coronados en victoria, cuando nuestra alma, oh Rey de reyes, traspase el umbral de tu eterna plenitud. 
  • Es el fiel de tu justa balanza, oh Sumo Redentor, la perfecta señal de nuestra genuina salvación. 
  • Y es que, con el paganismo, todas las almas tendrán la más rigurosa prueba.
  • Pero la multiforme gracia amparará a las irreprensibles almas, para que puedan al fin salvarse.
  •            Paz de Cristo 

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