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martes, 30 de abril de 2019

EFESIOS 6:14 EN CRISTO

Estad, pues firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia.
Esta armadura nos preserva para vida eterna.
Contrario es todo trapo de inmundicia,
que debemos desechar, y guardarnos, oh Señor, en tu justicia verdadera.

Oh Cristo Jesús, desde el santuario eterno mides el amor,
que nace del corazón.
Porque su pensamiento es elevar al cielo un gran clamor;
pero, oh Rey de la gloria, Tú disciernes si es coincidente con su intención.

Oh Señor Jesucristo, tu justicia es perfecta,
porque pesa los corazones.
Y la balanza eterna también pesa la apariencia externa, 
que desdeña, oh Fiel y Verdadero, tus bendiciones.

Oh Redentor, el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.
En lo más angosto del camino encontraremos siempre a Cristo.
Porque el bienaventurado,
es conocedor de la verdad del Santo Espíritu.

Oh Cordero inmolado, Tú derramaste justicia de pureza en la cruz,
para toda la humanidad. 
Y serás hijo de la luz,
por la santa voluntad del Señor de señores; y si por Él eres perdonado, morarás en la eternidad.
                   Paz de Cristo


ROMANOS 8:28 EN CRISTO

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a sus propósitos son llamados.
Estad siempre firmes en el amor de Cristo.
Y es que solo los bienaventurados,
pueden ser llenos del Santo Espíritu.

Porque la Palabra es viva y eficaz,
hemos de persistir en su meditación.
Todos sus llamados obedecen a la verdad,
y serán de gozosa vigilia en nuestro corazón.

Ayúdanos, oh Cristo Jesús,
para no caer en la autocomplacencia.
Si no desmaya tu espíritu, podrá llegar a la estatura del varón perfecto en su plenitud,
y eso requiere, oh Señor, que te ofrendemos ilimitada adoración y reverencia.

Siervos del Rey de la gloria, vestíos de amor, 
que es el vínculo perfecto, 
Y haz el milagro, oh Omnipotente Redentor,
de que todo los nombres de las almas de tu Iglesia amada, estén escritos en el poderoso firmamento.

Jesús, dijo: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
Del más sagrado y principal mandamiento no existe ninguna duda.
Sujeta está nuestra salvación, oh Rey de reyes, a tus misericordias. 
Y sabes que por el eterno paraiso nos hemos crucificado, para resucitar en tu majestuosa gloria. 
                             Paz de Cristo
                          






lunes, 29 de abril de 2019

MATEO 12:50 EN CRISTO

Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.
El exhaustivo cumplimento de la Palabra, define, en cualquier caso, al verdadero cristiano.
No haces acepción de personas, oh Señor, sea o no pariente,
para ser tu discípulo santo.

Oh Cristo, en tu sobrenatural Evangelio,
se ha de buscar la inquebratable solemnidad. 
Sobredimensionaremos el estricto celo,
que sube en incensadas oraciones a la sagrada eternidad.

En el Sagrado Escrito, 
no leemos palabras de humana sabiduría. 
Es tu omnisciente pensamiento, oh Señor Jesucristo,
el que nos provee de la salvación santísima.

Oh Fiel y Verdadero, a través del resplandor de la Biblia,
nos has sacado de las tinieblas, oh Rey de reyes, para ser hijos de tu luz admirable.
En cada uno de sus versículos, la  bendición es propicia,
y su espiritual profundidad, se puede convertir en una semántica inefable.

Oh Cordero inmolado, tu última frase antes de expirar en la cruz del Calvario, fue: Consumado es.
Y redimiste a la perversa humanidad.
Tu muerte, oh Redentor, es la gracia obrando en nuestra fe;
y en su Espíritu de resurrección, se nos revela la eterna unicidad.
                        Paz de Cristo





JUAN 17:22 EN CRISTO

La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno.
La doctrina de unicidad, en los que creen en el nombre de Jesús, como Padre eterno, aquí se manifiesta inequívoca en un único Dios universal.
Oh Señor Jesús, Tú eres el Justo, 
en lo terrenal y en lo celestial.

La Iglesia de Cristo, es una y única:
Él la escogió antes de la fundación del mundo.
Solo una es la que ama,
y en Cristo se a consagrado cada segundo.

La Iglesia amada,
en ningún momento, siente del Rey de reyes su ausencia.
Es, oh Señor, tu bienaventurada;
porque la has revestido de excelencia.

Oh Salvador, tu glorioso arrebatamiento, 
determinará quien es tu desposada santa.
Oh Todopoderoso Rey del universo,
como la blanca nieve será su alma, que la paz del santuario guarda.

Oh Señor Omnipotente, en tu eterna justicia,
tenemos puesta la victoria de la fe.
En el Espíritu de resurrección nuestra santidad confía;
porque nuestros ojos, por el poder de la Palabra, ven la gloria que el mundo no ve.
                  Paz de Cristo





domingo, 28 de abril de 2019

TÚ ERES LA VERDAD, OH CRISTO

Oh Cristo, Tú viniste a deshacer las obras del maligno;
y tu verdad, siempre prevalecerá sobre la mentira.
Eres, oh Señor, nuestro camino, 
y eterna vida.

Oh Cristo Jesús, mi existencia, segundo a segundo, 
has escrito en el libro de la vida.
Negado eres, oh Redimidor, por el mundo.
Desechado fuiste por los edificadores; y siguen sin saber que eres la cabeza del ángulo, de todos los que hicieron escarnio de la piedra santísima.

Lo contrario a la hipocresía, oh Señor Jesucristo, 
es la verdad.
Templo eres del Santo Espíritu,
que a lo eterno da visibilidad.

Oh Redentor, a ti clamamos sabiduría,
para no apartarnos de la Sagrada Escritura.
Bendice, oh Rey de reyes, la resplandeciente luz de cada día,
para que el alma convertida, reciba de gracia ser una nueva criatura.

Oh Señor Omnipotente, del texto bíblico,
no olvidaré ninguna enseñanza.
Tú eres el Dios único,
y me has dado la prodigiosa inteligencia, 
para inquirir en tu Palabra santa.

Oh Fiel y Verdadero, revestidos fuimos, oh Cristo,
de tu olor fragante.
Y por tu Santo Espíritu,
heraldos somos de la predicación del Evangelio, que se sustenta en la doctrina sana y transcendente.

Oh Señor de señores, la paz ha gobernado mi alma,
cuando tu santuario me libertó de la abominable aflicción.
Oh Cordero inmolado, Tú has vencido al mundo; porque ofrendaste amor al que no ama,
con tu santo corazón.
                              Paz de Cristo







sábado, 27 de abril de 2019

ROMANOS 8:33 EN CRISTO

¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
Tu poder, oh Señor Omnipotente, nos ha blindado hasta la eternidad.
De los muchos llamados, tu amada Iglesia es la escogida;
porque permanece asida a la verdad.

El digno seguidor del Señor Jesucristo, 
ha desestimado al mundo, para ser hijo del Altísimo.
Y busca con persistencia su sagrado rostro,
negándose asimismo.

Oh Cristo Jesús, las actas del maléfico acusador, 
que eran de nuestros delitos y pecados, oh Rey de la gloria, por ti fueron clavadas en la cruz del Calvario.
Derramaste sobre tus siervos la sobrenatural gracia del amor,
y nos revestiste con la pureza de tu santuario.

Nunca hagas deshonor de la cruz que tomaste para seguir al Señor Jesús, 
que es columna y baluarte de la inquebrantable obediencia.
No en vano, oh Todopoderoso Redentor, nos sacaste de las tinieblas, para ser hijos de la luz;
y en nuestro bienaventurado corazón, 
resplandeció la excelencia.

Al Cordero inmolado, adoradle postrados a sus eternos pies, 
y exaltadlo hasta lo sumo.
Él con su muerte venció al imperio de la muerte, que tenía cautivas a las almas impenitentes. 
Y redimió, justificó y glorificó, a los que dieron su vida por ganar el cielo del gran Yo Soy, que de lo creado es el Dios único y de la revelada unicidad su nombre es uno.
                          Paz de Cristo
                   








viernes, 26 de abril de 2019

PORQUE PARA SIEMPRE ES TU MISERICORDIA, OH CRISTO

Oh Cristo, Tú eres el autor y consumador de la fe, y das testimonio de que derramaste sobre el ser humano la más grande misericordia; 
porque ofrendaste tu vida por su salvación.
Y voluntariamente, oh Señor, aceptaste tu crucifixión, para redimirnos del pecado aquel glorioso día,
consumándose el propósito de tu eterno corazón.

Oh Cristo Jesús, te compadeciste de nuestra alma, 
que por el mundo deambulaba errática.
Y nos afirmaste en tu Palabra,
revelándonos la verdad bíblica.

Oh Señor Jesucristo, con tu desbordada piedad,
edifiqué los cimientos de la doctrina incorruptible.
Y consolidé la santa verdad, 
en su sagrada arquitectura inconmovible.

Oh Señor Redimidor, cabeza del ángulo eres, 
de la universal creación.
Todo ignoto rincón, oh Señor, en tu presciencia reconoces,
por ser omnipresente a la sazón.

Oh Sumo Hacedor, 
¿por qué para nuestra precaria compresión has creado tantos prodigios? 
La respuesta viene dada por tu inmenso amor,
y así nos has dado a conocer la santísima misericordia de tu sublime corazón.
                          Paz de Cristo



ISAÍAS 40:25 EN CRISTO

¿A qué, pues, me haréis semejante o me compararéis? dice el Santo.
Y es el Todopoderoso el que te inquiere, amada Iglesia.
No cuestionas, oh Señor, a un profano;
es a tu escogida esposa, que se atavía de lino blanco en tu presencia.

Oh Cristo, nuestra obsolescente consagración, 
han dado pie a tu pregunta.
Nos creaste, oh Rey de la gloria, para profesarte eterna adoración;
y tiende a desvanecerse el regocijo de la perseverancia santa.

Oh Cristo Jesús, la piel de nuestro cuerpo, 
ha de ser consubstancial a tu Palabra. 
Y como somos templo del Santo Espíritu, aun la pequeña herida en el corazón nos ha de causar desvelo;
si de gracia recibió santidad tu alma.

Oh Señor Jesucristo, el olor fragante de tu preciosa sangre derramada en la cruz del Calvario, 
ha de multiplicar exponencialmente a tus excelsos pies nuestra alabanza.
No existe mayor santuario,
qué el que no tiene sombra de variación, ni alberga ninguna señal de mudanza.

Oh Sumo Creador, en los designios de tu  eterno misterio, 
nos consagraste para participar en las bodas del Cordero.
Somos los heraldos de tu Evangelio,
y será predicado hasta lo último de la tierra,
por los incorruptibles santos que hollarán tu glorioso cielo.
                                Paz de Cristo




jueves, 25 de abril de 2019

NUESTRA ESPERANZA VIVA ES LA GLORIA EN CRISTO

Nuestra esperanza la reconocemos en el Señor vivo,
que es el primogénito de los muertos resucitado.
No prosperará el inicuo,
que ha sido displicente con el Evangelio predicado. 


Oh Cristo, a través de tus pruebas,
el corazón incircunciso es purificado.
Y en el cumplimiento de las promesas,
optará a ser santificado. 

Oh Cristo Jesús, el alma sin contaminar,
es de naturaleza inmarcesible.
Porque al recibir la gracia de amar, 
se reviste del vínculo más incorruptible.

Oh Señor Jesucristo, ser hacedor de la Palabra,
es el hilo conductor de la salvación.
Y lo que a ti, oh Señor, te agrada, 
para concedernos el eterno perdón.

Oh Redentor, por el don de la fe, 
nos has blindado de la asechanza del maligno.
Su disfraz lo mimetiza a nuestro alrededor, y nadie lo ve.
Solo el Rey de reyes, nos muestra con visible nitidez el eterno camino.
                   Paz de Cristo




SER FIEL, INEXCUSABLE EN CRISTO

Oh Cristo, tu excelsa fidelidad,
hace enmudecer al corazón fluctuante.
La actitud inveraz, 
es indicativa, oh Señor, del fariseísmo imperante.

Si en el Cordero inmolado, pones tus ojos,
es inexcusable la indolencia, ante el escarnio sufrido en su crucifixión.
¿Sois genuinos discípulos del único Dios? 
El sí, nos aboca a estar eternamente postrados a sus pies con contrición.

La apariencia de serte fiel, oh Rey de la gloria,
nunca te agradará. 
En el celoso cumplimiento del Evangelio, habrás encontrado la vitoria, 
que el Redentor no te negará.

Oh Fiel y Verdadero, la senda angosta de la obediencia,
al que no te es fiel, oh Rey de reyes, le resulta infranqueable. 
Y muestra su execrable tibieza, haciéndose cómplice de la cruel insolencia 
de tu cruz, la más abominable.

Oh Señor Omnipotente, solo el que hasta el fin persevere, 
será galardonado con la eterna salvación.
Tu Palabra es meridiana con el que no se arrepiente,
y será de eterna condenación.
                            Paz de Cristo




miércoles, 24 de abril de 2019

JEREMÍAS 4:4 EN CRISTO

Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén; no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya quien la apague, por la maldad de vuestras obras.
De la iniquidad, ha de ser desmesurado nuestro arrepentimiento.
Huyamos despavoridos del despiadado mundo, que sobreabunda en viles miserias;
y proclamemos la victoria, oh Jehová, en el santuario del fundamento.

Jesús, dijo: Yo soy el camino, la verdad y la vida.
Los pies del ser humano se apresuran por los obscuros callejones del pecado, obviando la gozosa andadura santa.
El alma pervertida, 
sino se arrepiente, le será imposible ver el resplandor de la luz, que de la senda perfecta es sagrada lámpara. 

Oh Cristo, tu verdad única,
es la transparente medida de pureza.
Y la horrenda respuesta se la da el hedor de la inmundicia,
que es la maldita generación, que como las cloacas apesta.

Para aceptar tu vida, oh Señor Jesucristo,
desnuda mi interior, y se hará visible el obsceno pecado.
Porque al extirpar el putrefacto fondo, la espada de tu Espíritu, 
podré darte la gloria, oh Señor, al ser en tu nombre bienaventurado.

Oh Cordero inmolado, se desgarró mi alma,
al sentir el dolor de tu abominable crucifixión.
Sé que tu preciosa sangre derramada es el nuevo pacto de la gracia. 
Y creo que eres el Señor resucitado, que me ha dado eterna salvación.
                    Paz de Cristo


martes, 23 de abril de 2019

GUÁRDANOS EN TU SANTUARIO, OH CRISTO

Si no estamos en tu presencia, oh Cristo,
nos sobreviene una gran debilidad.
Derrama sobre nosotros tu Santo Espíritu, 
y seremos fortalecidos por la eterna verdad.  

Ante la asechanza del maligno,
invocad el nombre de Jesús.
Y el resplandor santísimo,
nos protegerá con su admirable luz.

Oh Señor Jesucristo, los que en ti creemos,
con tu Espíritu hemos vencido a lo inmundo en toda batalla;
por ser con tu armadura de justicia revestidos,
y sin emplear ejército, ni fuerza.

Oh Señor Omnipotente, blindados en tu santuario,
todo ataque concupiscente del padre de mentira, es contado por victoria.
Del calumniador, su pretendido juicio sumario,
lo invalida, oh Redentor, tu sentencia absolutoria. 

Oh Rey de reyes, el yelmo de salvación,
la condena a muerte nos evitará.
Estremecerá al enemigo, la espada del Espíritu con su poderosa unción, 
y blandiéndola majestuosa, al maléfico en su soterrado obscurantismo lo vencerá.
                    Paz de Cristo
                 

JUAN 8:47 EN CRISTO

El que es de Dios, la Palabra de Dios oye; por esto no la oís vosotros, porque no sois de Dios.
El impío, oh Señor, muestra una extrema dureza de corazón y manifiesta  animadversión ante tu Palabra.
Del don de la fe habréis de ser llenos,
para recibir a Cristo, único Dios que salva.

Tú amas a Cristo, 
porque Cristo te amó primero.
La predicación del Evangelio,
esclarece al auténtico discípulo, oh Rey de reyes, que te ama con desvelo.

No existe mayor galardón, 
que ser hijo del Altísimo.
Y es que con su piadoso perdón,
moraremos en el sublime paraíso.

Oh Cordero inmolado, tu crucifixión nos explicitó la angosta vereda que hemos de transitar,
para la postrera salvación.
Realiza únicamente todo hecho; si con la gracia de amar,
se entrega a tal causa tu corazón.

Oh Omnipotente Señor, hasta lo que no se ve, 
fue creado por tu Palabra.
Y por el oír, oh Rey de la gloria, tu Sagrada Escritura, viene la fe;
y dice el Todopoderoso: El que tenga oídos, oiga. 
                               Paz de Cristo




domingo, 21 de abril de 2019

EL EVANGELIO, ARADO DE SURCOS RECTILINEOS EN CRISTO

Oh Cristo, afirmarse en tu Evangelio,
es una prueba de extrema valentía.
El arado sobrenatural hace rectilíneo el surco eterno,
y el terrenal hacia el obscuro abismo se desvía.

Te has de reubicar,
en las coordenadas de Cristo Jesús. 
El yelmo de salvación y la coraza de justicia has de ceñirte para amar,
y transformarás, la obscena visión entenebrecida, en resplandeciente luz.

Lo que esconde el alienado corazón, 
es imposible que el ser humano lo pueda definir.
Sin embargo, el Señor Jesús, revierte con su poderosa unción,
la perversión disoluta del desequilibrado y aberrante latir. 

La Palabra, más cortante que toda espada de dos filos,
penetra hasta partir el alma y el espíritu.
Así son disciplinados los incircuncisos, 
que buscan con ardiente anhelo al Señor Jesucristo.

Oh Cordero inmolado, ante el lacerante escarnio sufrido en tu abominable crucifixión,
tuviste piedad con el ladrón arrepentido.
A los que nos ha cautivado el sagrado poder de tu corazón,
clamamos a tu sangre preciosa derramada en el Calvario, para que nos purifique con su gracia, hasta del más abyecto pecado cometido.
                    Paz de Cristo

HA LUGAR A TUS OBRAS, EN EL AMOR DE CRISTO

Sé de un fervor infinito,
cuando invoques el nombre de Jesús. 
Y da el máximo amor, como cumplimiento del sagrado precepto, 
que nos une a su admirable luz.

Haré toda obra, oh Redentor, desde la firme convicción,
de que en mí has confiado. 
Oh Cristo, por ti, no desmayará mi corazón,
con un celo inusitado.

Amar en el amor del Señor Jesucristo,
es pretendidamente utópico.
Tal y como ama, oh Fiel y Verdadero, tu Santo Espíritu,
para el ser humano, solo es una ensoñación, el anuncio de este preciso y precioso escrito.

Llegar a consumar la estatura del varón perfecto,
es un anhelo loable. 
En Cristo Jesús, podrías ser santo; si tuvieras absoluta obediencia al Evangelio;
y cada una de tus obras, tendría que ser irreprensible e incorruptible, de un modo irrefrenable. 

¿Quién será elevado a tu gloria, oh Rey de reyes, en el arrebatamiento? 
Gran privilegio sería del alma, de impoluta blancura sin arruga y sin mancha.
Habría de obedecer con solemne fidelidad, oh Señor Omnipotente, cada bíblico mandamiento;
y que todo su ser, rebosara de pureza santa.
                    Paz de Cristo
                 






UNO Y ÚNICO ES DIOS

Ante el dolor,
elevamos una plegaria al Señor Jesucristo.
Y más adelante, caemos en el olvido del Redentor;
cuando de sus gloriosas dádivas, con exuberancia nos ha provisto.

La ignorancia nos lleva indefectiblemente a pecar, 
debido a nuestra insolente altivez.
Al Rey de la gloria, en toda circunstancia has de amar;
y su alabanza estará indefinidamente en tu boca, para que su prodigiosa gracia nos dé.

Oh Soberano Creador, 
Tú eres el que gobiernas los cielos y la tierra.
Sabed que Dios es amor,
y que por su poder nuestra vida es manifiesta.

Oh Cristo Jesús, en tu unicidad nos vemos concernidos, 
porque Tú eres el gran Yo Soy.
Y para todos los que en ti han creído, que son los bienaventurados;
Tú ,oh Señor, eres uno y único, en el eterno hoy.

Oh Rey de reyes, guárdame en tu omnipotencia, omnipresencia y omnisciencia;
y seré lleno de todo don perfecto.
En tu perdón, oh Cordero inmolado, hemos visto la excelencia;
y seremos galardonadores de la salvación, en el día postrero.
                  Paz de Cristo

sábado, 20 de abril de 2019

ASID ESPÍRITU, ALMA Y CUERPO EN CRISTO

El grado de fe máximo, 
eleva al tercer cielo nuestro espíritu.
Y no podrás expresar las palabras inefables del Altísimo, 
que es el Todopoderoso Señor Jesucristo.

El alma, se salvará si creyere,
y si no creyere se condenará.
Sea como fuere, 
oh Cristo, en la definición, de su santidad o iniquidad está.

El cuerpo es templo del Santo Espíritu. 
Y somos los administradores de su exiguo tiempo de vida.
Oh Cristo Jesús, el ojo es la lámpara del cuerpo, 
y por la pureza de su visión, se dispondrá el alma para ser bendecida.

Reconoce que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Permaneced en su presencia. 
Solo el que en Él vive será bienaventurado,
y se regocijará en la excelencia.

Oh Omnipotente Redentor, nos has dado vida, y vida en abundancia;
porque te humillaste en el Calvario, hasta la muerte, y muerte de cruz.
Tú, oh Rey de reyes, buscas adoradores, que te adoren en espíritu y en verdad, postrados a tus pies con absoluta obediencia;
porque Tú eres el único templo, de sagrada y universal luz. 
                        Paz de Cristo 











viernes, 19 de abril de 2019

ECLESIASTÉS 2:2 EN CRISTO

A la risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto?
Todo en el fondo y en la forma es vanidad. 
Ahora bien; si soy obediente a la Palabra, a mi alma de lo eterno,
la estoy dando celestial visibilidad.

El que en su existencia vierte solemnidad,
su ser está siendo edificado en Cristo.
Y al proscribir la vanidad,
nos estamos regocijando en la verdad del Santo Espíritu.

Si nos guardamos en el fruto del Espíritu, 
habremos apartado toda vanidad.
Porque en el Señor Jesucristo, 
solo hubo sagrada solemnidad.

De Cristo Jesús, dijeron: ¡Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre habla! 
Su gloriosa unción, generó un pálpito en el corazón que escuchaba sus trascendentes palabras.
Tu poder de salvación les ensimismaba,
dejándoles asidos a tus benditas dádivas.

Y Jesús, levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. 
Oh Señor Omnipotente, la agreste naturaleza, por ti creada, fue súbitamente sumisa a tu reprensión.
No es por ejército, ni por fuerza, es por tu Espíritu, que se cumple la orden dada.
E invocando tu nombre, oh Señor Jesús, se rinde a tus pies, con máxima obediencia toda la creación. 
                Paz de Cristo 



SALMO 56:11 EN CRISTO

En Dios he confiado; no temeré;
¿Qué puede hacerme el hombre?
Aunque siempre os sorprenderá la humana traición, con alevosía y nocturnidad.
El Rey de reyes, su inmensa sombra extiende,
y somos revestidos de una inexpugnable impunidad.

Jesús, dijo: En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Nada ha de arredrar al corazón,
que va de gloria en gloria; y con la verdad del Santo Espíritu, a lo inicuo va abatiendo.

A tu lado caerán mil y diez mil a tu diestra;
mas a ti no llegará. 
Oh Cristo Jesús, Tú eres mi esperanza;
y el celestial blindaje del alma, hasta el fin la preservará.

Oh Omnipotente Redentor, 
satanás también se disfraza en ángel de luz.
Ante esta circunstancia, invocarás el nombre de Jesús, y Él te protegerá con su eterno amor,
que es el derramamiento de la excelsa provisión de gloria en plenitud.

Oh Señor Jesucristo, no luchamos contra carne ni sangre, sino contra potestades espirituales. 
La copa de incienso, eleva al trono de la gracia las oraciones de los santos.
Y los ríos de agua viva correrán a raudales,
por el interior de las almas, para que sus nombres estén escritos en los cielos de los cielos más altos.
                            Paz de Cristo 



DAD EN LO BUENO Y EN LO MALO, LA GLORIA A CRISTO

Únicamente Dios,
tiene el poder de proveer la excelencia.
En nada inquirirás previendo los fines absolutos, 
porque desconoces su transcendencia.

Invoca con fe el nombre de Jesús, 
en cada decisión de tu devenir, aunque en principio te parezca trivial.
No seas sabio en tu propia opinión, obviando a la verdadera luz,
que te remite a la sabiduría celestial.

Oh Cristo, tu poder se perfecciona en la debilidad, 
y derrama su bendición en la más adversa prueba.
¿Estamos posicionados en la poderosa bondad, con el discernimiento de la sagrada verdad?
¿O nuestro veleidoso corazón, está sujeto invariablemente a la idea perversa? 

Si nuestra alma se sometiera a la Sagrada Escritura,
las lanzas serían reconvertidas en azadas. 
Y entenderías el eterno concepto de lo que representa en Cristo, ser nueva criatura. 
Sembrarías la sobrenatural semilla en un erial, y afloraría un vergel de almas bienaventuradas.

Oh Señor Jesucristo, controlas la claridad y la obscuridad, 
en el universo infinito que has creado.
Y en la balanza de tu piadosa majestad,
será lo bueno y lo malo, con soberana justicia pesado.
                       Paz de Cristo 





jueves, 18 de abril de 2019

SALVO SERÁS, CON FE INQUEBRANTABLE EN CRISTO

Oh Cristo, la Palabra nos da el conocimiento,
para ponerla por obra.
Y firme ha de ser nuestro cimiento,
en la perfecta obediencia.

La fe es un don de sagrado privilegio, oh Cristo Jesús,
que es de propiciatoria salvación.
Tú, oh Señor, eres la luz,
que das resplandor al incircunciso corazón.

Nadie es merecedor de la gloria,
oh Señor Jesucristo.
Porque tan inaccesible es tu omnisciente memoria,
que aun negándote a ti mismo, necesitas su piedad para ser de una corona celestial digno.

Oh Fiel y Verdadero, de barro quebradizo nos creaste,
para vestirnos el día postrero de eternidad.
Y gracias a tu visitación, como Hijo del Hombre,
en las tablas del corazón nos has cincelado la gracia salvadora de la verdad.

Oh Omnipotente Redentor, en nuestra vida consagrada al Evangelio,
se cumple la sobrenatural visión de tu Iglesia  arrebatada, sin arruga y sin mancha.
Acontecerá este propósito eterno, 
cuando veas al Rey de la gloria, con la santidad del alma.
                         Paz de Cristo 




MATEO 6:21 EN CRISTO

Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.
Siempre habréis de seguir la senda de Cristo. Que no te sea de tropiezo la sinrazón,
y busca la fe invariable del Santo Espíritu.

Sobornable es el corazón, 
por su propia veleidad.
Oh Cristo Jesús, que la sabiduría sea a la sazón,
la que nos descubra tu sagrada verdad.

Errático se muestra el corazón,
con sus pensamientos e intenciones.
Oh Señor Jesucristo, Tú le darás santa provisión,
y se harán manifiestos sus preciosos dones.

Del corazón mana la vida,
y nos estremece su pálpito.
Él anuncia de forma súbita, 
oh Sumo Hacedor, la benignidad o malignidad con estrépito.

El corazón cuenta cada segundo de tu existencia, 
con una fortaleza sobrenatural.
Subidos en su incontenible vehemencia,
hemos reconocido que Tú, oh Rey de la gloria, eres nuestro tesoro celestial.
                            Paz de Cristo 
               



miércoles, 17 de abril de 2019

JUAN 11:35 EN CRISTO

Jesús lloró. 
Y todos le recriminaron su tardanza en auxiliar a la persona enferma de gravedad.
Nadie sabía acerca de Tú demora; y algo muy poderoso la motivó. 
El motivo, era darle toda la gloria al Rey de la eternidad.

La interpelación del pensamiento humano fue: oh Jesús, si hubieras llegado antes no habría muerto. 
Y Él con inmediatez respondió: No te he dicho, que si crees verás la gloria de Dios.
Ante esta aseveración, no les cabía otra expectativa, de que resucitaría en el día postrero;
porque el esperado milagro de dar vida al fallecido, no existía en sus corazones incrédulos.

¿Donde le pusisteis? preguntó Jesús;
y le dijeron ven y ve.
En la tenebrosa muerte solo se ve luz, 
por el inmenso resplandor que irradia el Hijo del Hombre.

Y cuando se cumplió el cuarto día en el sepulcro, ya con el hedor de la muerte, 
oh Señor, mandaste quitar la piedra que lo cubría.
Y después de orar al Padre, 
dijo: ¡Ven fuera! y salió libertado con la sobrenatural resurrección, y el asombro del que lo veía.

Y se desataron, de los testigos, sus vendas: que son las ancestrales e incredulas ataduras del alma cautiva, que el cielo nunca amparará;
para gloriarse en el Todopoderoso Jesucristo. 
Jesús, dijo: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque este muerto vivirá.
Y el alma del que creyere será arrebatada a la eternidad, por la verdad del Santo Espíritu.
                          Paz de Cristo 






martes, 16 de abril de 2019

A PRECIO DE SANGRE, PAGASTE NUESTRA REDENCIÓN, OH CRISTO

Oh Cristo, en el sacrificio y muerte de cruz,
derramaste tu sangre preciosa, 
como pago por nuestra redención.
Con el olor fragante de tu piedad poderosa,
expiaste el pecado del endurecido corazón.

Oh Cristo Jesús, no cabía más gozo en la conversión del alma,
y hubo fiesta en la eternidad.
El Salvador te ama;
y ha muerto y resucitado, para que tengas revelación de la verdad.

Oh Señor Jesucristo, con tu muerte en la crucifixión del Calvario, 
venciste al imperio de la muerte.
Y se derramó el Espíritu del santuario,
para dar salvación al que se arrepiente.

Oh Fiel y Verdadero, a los que nos has guardado en tu celestial misterio,
recibimos santa libertad de la gracia;
porque el poder de salvación está en el Evangelio,
con su unción excelsa.

Oh Omnipotente Redentor, perseveraste en la obediencia,
para el cumplimiento de la Sagrada Escritura. 
Moraremos en la gloria por su inconmovible paciencia;
y por la buena dádiva del cielo, oh Señor, he sido nueva criatura, 
concernido en la sobrenatural justicia de excelencia.
                               Paz de Cristo 


lunes, 15 de abril de 2019

SALMO 32:1 EN CRISTO

Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado.
Oh Cristo, sabes que somos polvo; y que para siempre es tu misericordia.
Tu gozo, oh Señor, es la gran fortaleza del que se siente calumniado;
y será libertado de su deshonor, por la piedad de tu inmarcesible justicia.

Oh Cristo Jesús, 
la compasión no es el fuerte del ser humano.
Necesitaríamos convertirnos en auténticos hijos de luz,
para asumir en lo posible la empatía con el causante del daño. 

Oh Cordero inmolado, ofrendaste en la cruz tu vida,
por los más execrables e inmundos.
Y expiaste los pecados hasta del más genocida,
para que fuera hacedor del Evangelio;
después del arrepentimiento, y haber dado a todos los pecados cometidos sepultura en el bautismo.

Oh Señor Jesucristo, tu bondad magnificente,
se hizo manifiesta en el más ignominioso sacrificio.
Ante el tenebroso y profundo dolor más hiriente,
el resplandor de tu admirable luz, en el inmenso templo universal lo hiciste propicio.

Oh Omnipotente Redentor, Tú clavaste las actas inculpatorias del maléfico acusador en la cruz del Calvario;
y por tu excelsa misericordia, oh Señor, fueron justificados nuestros pecados más indignos.
Oh Rey de la gloria, de la sangre preciosa de tu santuario,
hemos recibido gracia, para ser tus bienaventurados y eternos hijos.
                                 Paz de Cristo 








domingo, 14 de abril de 2019

FILIPENSES 4:7 EN CRISTO

Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Enraizaos en la Sagrada Escritura. 
El crecimiento nos lo da su admirable luz;
y el cielo es el límite, oh Señor, al ser en ti una nueva criatura.

No te despegarás de la tribulación terrenal, 
si no ciñes a tu vida con rigor el Evangelio.
En tu nombre, oh Señor Jesús, el propósito ha de ser cabal,
y activarlo con el máximo denuedo.

En la gloria, oh Rey de reyes, pervive la paz perfecta,
y es el fruto inconmovible del Espíritu.
Nada le es susceptible en su sobrenatural senda,
que se proyecta hasta el ilimitado infinito.

Clamad al Todopoderoso,
y todos los volubles pensamientos e intenciones del corazón, serán gobernados, oh Señor de señores, por tu indoblegable paz.
Es una sagrada melodía que llena el universo,
con un eco de eternidad.

Oh Omnipotente Redentor, nuestro exigua sabiduría se ve sobrepasada, 
por tu majestuosa omnisciencia.
En el misterio del alma bienaventurada,
se prodiga, oh Fiel y Verdadero, tu gloriosa presencia.
                           Paz de Cristo 










SERÁS LIBRE AL PERSEVERAR HASTA EL FIN EN CRISTO

La libertad del Evangelio se nos muestra esquiva, oh Cristo,
porque no arrostramos la existencia con genuina santidad.
Nuestro cuerpo es templo del Santo Espíritu;
y habremos de obviar el pecado, para consagrarnos a la única verdad.

En el mundo se considera libre, oh Señor,
todo ser humano, que muestra su altivez ante los demás.
Y en su afán, el vanidoso se olvidó del amor,
que nunca le cuestionó, por ser muy condescendiente con sus subterráneas vilezas.

La capacidad de menguar,
no la comparte el presuntuoso en su idiosincrasia.
Pasados los años, en un repentino despertar,
se humilló con el corazón contrito a los pies del Rey de reyes, cuando pudo ver retrospectivamente su infatuada hipocresía.

Resuelta quedó la ambición,
al saber que el sentimiento de amar es mayor que el de ser amado.
Oh Señor de señores, el mayor gozo es el del perdón (hasta 70 veces 7), 
que el reconocimiento de habernos  perdonado.

Oh Cordero inmolado, ofrendaste tu vida por la humanidad,
para dar salvación al que sea hacedor de tu Palabra.
El ser libre que rebosa libertad,
es del que ama hasta el fin con perseverante compasión, al pétreo corazón que nunca ama.
                         Paz de Cristo 







SOLO PUEDES SER SALVO EN EL NOMBRE DE JESÚS

Oh Cristo, de tu gloria descendiste,
para redimir nuestras vidas.
Y tu poder permanece eternamente;
porque por tu muerte, sepultura y resurrección, nuestras almas han sido bendecidas.

Oh Cristo Jesús, las buenas nuevas de salvación eterna,
en tu ministerio público fueron predicadas sin hacer acepción de personas.
En la santa cena, con el vino transformado en tu preciosa sangre, consumaste un nuevo pacto biblico;
y diste inicio, oh Señor, a la era de la gracia, para dar salvación a la Iglesia que Tú amas.

Al oír el nombre de Jesús, 
se doblará toda rodilla de los seres, tanto vivos como muertos, que existan en la totalidad del universo.
De su majestuosa plenitud,
derrama al que en su nombre cree, la unción de glorioso privilegio.

Oh Señor Jesucristo, tu sana doctrina,
blinda espiritualmente al discípulo que tus mandamientos obedece.
A través de la Palabra santísima,
se ha de descubrir únicamente lo que en la verdad acontece.

Oh Señor Jesús, tal fue el perverso desconocimiento de los edificadores,
que desecharon la piedra bendita, en el intento de construir el altar de la falsa doctrina.
Tú eres la roca, oh Señor, que despreciaron los malhechores;
y serán de salvación todas las almas, que la revelación del nombre lo hayan recibido de tu sublime gracia.
                      Paz de Cristo 


sábado, 13 de abril de 2019

GÁLATAS 2:20 EN CRISTO

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Encarnar la crucifixión de Cristo en nuestra vida es el máximo honor.
Él fue obediente al Padre hasta el fin;
y se sometió a la Sagrada Escritura, asido al vínculo perfecto del amor.

Oh Cristo Jesús, ningún yugo podría soportar la iniquidad de tu carga,
que son los pecados de toda la humanidad.
Tu santa paciencia,
a tornado la maldad en eterna bondad.

Sin fe no se puede agradar al Rey de reyes y Señor señores, 
porque Él es el Omnipotente Redentor. 
Del trono de la gracia recibimos sus sobrenaturales bienes,
que guardamos en su loor.

Nuestra inagotable adoración, oh Señor Jesucristo,
ha sobredimensionado el resorte espiritual del corazón.
Y el eco de su latir se oye en el universo infinito,
alabando al Todopoderoso Hacedor de la salvación.

Oh Cordero inmolado, nadie asumió en su precario entendimiento,
que fueras, oh Rey de la gloria, el primogénito de los muertos resucitado.
Solo antes a través del Santo Espíritu,
se pudo ver al Dios único, con la dispensación de la ley y los profetas trasfigurado.
                            Paz de Cristo