EL EVANGELIO, PODER DE SALVACIÓN EN CRISTO

Del cielo descendieron las buenas nuevas de salvación eterna,
y nos las ha revelado el Señor Jesucristo.
Cristo, vino a deshacer las obras del diablo,
por gracia de su Santo Espíritu.

Oh Cristo Jesús, tu corazón veló siempre por la oveja perdida;
pero no bastó su oración.
Él se hizo carne de pecado en la crucifixión, de impiedad desmedida,
para redimirnos con su preciosa sangre derramada de sobrenatural perdón.

Oh Señor Jesús, te compadeciste de nuestro errático ser;
en el que no había cosa sana: desde la cabeza a los pies, era todo hinchazón y podrida llaga.
En el misterio de la piedad, oh Señor, se hizo manifiesto tu poder,
que recibimos de gracia.

Oh Redentor, solo en tu nombre se puede ser salvo;
a través del don de la fe.
Al maligno ya lo venciste en el Calvario;
y nos has hecho visible esta eterna salvación, en la espiritual visión que el mundo no ve.

Oh Salvador, hasta en tu resurrección, 
se produjo la incredulidad.
Llenarás de gloriosa vida el corazón;
si creyendo, puedes traspasar el umbral de la eternidad.
                       Paz de Cristo