MARCOS 12:29 EN CRISTO

Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es.
Y lo vuelves a refrendar, oh Cristo, aseverando: Yo y el Padre, uno somos.
La duda asalta al que no ha entendido, que Dios es per se.
Y que la omnipresencia del gran Yo Soy es por los siglos de los siglos.

La unicidad es medible, cuando Jesús dice: Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre. 
Y el Verbo se hizo carne, 
para ser en el misterio de la piedad el Hijo del Hombre.

El Señor Jesucristo, nos dio la oportunidad de ver, que fuimos por Él creados a su imagen y semejanza.
Y nos mandató: Sed santos, porque yo soy santo.
El don de la fe nos lleva a la certeza,
del que cree en el nombre de Jesús, ya ha sido salvo.

Jesucristo, el primogénito de los muertos resucitado, dice: Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso.
Él es el Señor y Salvador de toda la creación.
Ni lo más ínfimo se mueve en el universo,
sin que su presencia haya obrado en tan ignota manifestación.

Jehová, dice: Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente.
Nada es ajeno, oh Señor, a tus inescrutables designios.
Oh Sumo Redentor, Tú eres el Omnipotente,
y solamente has revelado la Sagrada Palabra, a tu Iglesia santa, que somos tus amados e irreprensibles hijos.
                              Paz de Cristo