El grado de fe máximo,
eleva al tercer cielo nuestro espíritu.
Y no podrás expresar las palabras inefables del Altísimo,
que es el Todopoderoso Señor Jesucristo.
El alma, se salvará si creyere,
y si no creyere se condenará.
Sea como fuere,
oh Cristo, en la definición, de su santidad o iniquidad está.
El cuerpo es templo del Santo Espíritu.
Y somos los administradores de su exiguo tiempo de vida.
Oh Cristo Jesús, el ojo es la lámpara del cuerpo,
y por la pureza de su visión, se dispondrá el alma para ser bendecida.
Reconoce que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Permaneced en su presencia.
Solo el que en Él vive será bienaventurado,
y se regocijará en la excelencia.
Oh Omnipotente Redentor, nos has dado vida, y vida en abundancia;
porque te humillaste en el Calvario, hasta la muerte, y muerte de cruz.
Tú, oh Rey de reyes, buscas adoradores, que te adoren en espíritu y en verdad, postrados a tus pies con absoluta obediencia;
porque Tú eres el único templo, de sagrada y universal luz.
Paz de Cristo
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