Bendeciré a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.
Celestial es mi regocijo.
Nada, oh Señor, supera a tu gloria;
con el gran anhelo de verla, por el sagrado camino va tu santificado discípulo.
Al permanecer en la Palabra,
darás a conocer al mundo la genuina libertad.
Y predicarás al que no ama,
el poder de la verdad.
Si te glorías,
gloríate en el Omnipotente.
Él te enseñará las sagradas vías,
que te llevarán hasta la vida eterna, y te librará de una tenebrosa muerte.
Confía en el Rey de reyes,
su resplandor no tiene sombra de variación.
Sus misericordias que son para siempre, te han guardado en los excelentes bienes,
y en su sublime morada serás de salvación.
Oh Fiel y Verdadero, que mi corazón lo purifique tu fidelidad,
con el perfecto vínculo del amor.
Y que sean los ríos de agua viva, la desbordada llenura de santidad,
propiciada por el Todopoderoso Redentor.
Paz de Cristo
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