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sábado, 13 de abril de 2019

GÁLATAS 2:20 EN CRISTO

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Encarnar la crucifixión de Cristo en nuestra vida es el máximo honor.
Él fue obediente al Padre hasta el fin;
y se sometió a la Sagrada Escritura, asido al vínculo perfecto del amor.

Oh Cristo Jesús, ningún yugo podría soportar la iniquidad de tu carga,
que son los pecados de toda la humanidad.
Tu santa paciencia,
a tornado la maldad en eterna bondad.

Sin fe no se puede agradar al Rey de reyes y Señor señores, 
porque Él es el Omnipotente Redentor. 
Del trono de la gracia recibimos sus sobrenaturales bienes,
que guardamos en su loor.

Nuestra inagotable adoración, oh Señor Jesucristo,
ha sobredimensionado el resorte espiritual del corazón.
Y el eco de su latir se oye en el universo infinito,
alabando al Todopoderoso Hacedor de la salvación.

Oh Cordero inmolado, nadie asumió en su precario entendimiento,
que fueras, oh Rey de la gloria, el primogénito de los muertos resucitado.
Solo antes a través del Santo Espíritu,
se pudo ver al Dios único, con la dispensación de la ley y los profetas trasfigurado.
                            Paz de Cristo 









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