Estar unidos en Cristo,
es el mayor privilegio.
El poder del Santo Espíritu,
nos ha ceñido la comunión, que se profesa en el Evangelio.
Oh Cristo Jesús, perseveramos en la sana doctrina,
por el don de la fe.
Guardados, oh Señor, en tu presencia,
de gracia fuimos bendecidos; y que el mundo velado no ve.
Todos los bautizados en Cristo,
de Cristo están revestidos.
Y asidos a lo eterno,
seremos a tu gloria arrebatados.
Oh Redentor, elevadas son en tu nombre,
las oraciones de los santos.
Nada para ti, oh Rey de la gloria, es imposible,
cuando el olor fragante, envuelve a tus discípulos amados.
Oh Fiel y Verdadero, nunca faltó el maná,
que del cielo derramaste sobre los que unánimes se congregaban.
Y todo el que en tu Palabra permanecía,
compartió la partición del pan.
Oh Señor de señores, participaban de las oraciones,
para la manifestación del milagro.
Y en el fervor de las persistentes exhortaciones,
tu diestra, oh Sumo Hacedor, edificó el sagrado tabernáculo.
Las promesas de Dios son en Él Sí, y en Él Amén;
y del mundo fue la luz.
Y las tinieblas no prevalecen;
si en tus hijos, oh Rey de reyes, el amor es la eterna virtud.
Paz de Cristo
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