CRISTO, DIJO: SED SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO

• ¡Ser santos, es un imperativo en Cristo!
• Y en tu fuero interno, sabes aun en todas las acciones cotidianas en lo que no le agradas.
• Sí, uno puede hacer una solemne predicación inspirada por el Santo Espíritu;
• pero das cumplimiento de lo que demanda el mandato bíblico, y en todas tus obras celosamente lo guardas.
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• Oh mi Cristo, 
• todos los corazones serán pesados por tu sagrada balanza.
• Y su glorioso Espíritu, 
• hará desaprobación de la pesa falsa. 
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• Oh Santo de Israel, Tú no haces acepción de personas.
• Y no inclinarás tu oído, al que por acción o por omisión se ha desviado del Camino de Santidad. 
• Para los que creemos en tu majestuoso nombre, cada mañana son nuevas tus misericordias;
• y es que, en ciertas ocasiones, hacemos apostasía de la santísima verdad. 
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• La Biblia dice: Sus discípulos preguntaron al Señor, ¿Quién, pues, podrá ser salvo?
• Y mirándolos Jesús, les dijo: Para el hombre esto es imposible; mas para Dios todo es posible. 
• Oh Sumo Alfarero, en tu perfecta rueda nos has moldeado;
• pero para ser en tu santo nombre una nueva creación, habré de ser incorruptible.
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• La Biblia enseña: Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. 
• Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
• Oh Cristo Redentor, los que andan como Tú anduviste, son los que contigo juntamente fueron en su carne crucificados; 
• y así, de gracia han podido al prójimo amar. 
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• La Biblia asevera: Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado. 
• Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. 
• Oh Rey de la gloria, el que persevere hasta el fin, traspasará el umbral del bienaventurado;
• pero el cumplimiento  de su obra en Cristo, ha de ser indefectiblemente de excelso amor. 
•                      Paz de Cristo